El equipo de investigadores, dirigidos por el psicólogo de la Universidad de Chicago John Cacioppo, había ya identificado un vínculo entre la soledad y un aumento de actividad de los genes involucrados en las inflamaciones y una disminución de la actividad de otros genes que cumplen un papel crucial en las respuestas antivirales del cuerpo.
El resultado es un sistema inmunológico debilitado que vuelve a las personas más vulnerables a la enfermedad.
En su última investigación, los científicos analizaron los leucocitos, que son células blancas en la sangre utilizadas por el sistema inmunológico para proteger al cuerpo de virus y bacterias.
Hallaron este mismo cambio de expresión genética en los leucocitos de las personas que viven solas y aisladas socialmente. También descubrieron que la soledad pronosticó el comportamiento genético con un año o más de anticipación.
“La expresión genética de los leucocitos y la soledad parece tener una relación recíproca, lo cual sugiere que cada una puede ayudar a propagar la otra a lo largo del tiempo”, señalaron investigadores.
“Estos resultados fueron específicos sobre la soledad y no pueden explicarse por la depresión, el estrés o el apoyo social” , señalaron los investigadores.
Los investigadores estudiaron al macaco rhesus, un primate muy sociable, y hallaron un proceso celular similar vinculado a sus experiencias sociales. La expresión genética de los monos que estaban solos involucró más inflamaciones y menos defensas antivirales.