Los investigadores Jeffrey R. Stevens y David Stephens explican que los humanos y otros animales con frecuencia toman decisiones que compensan los beneficios presentes y futuros. ¿Debería un mono comer una fruta antes que madure o esperar que esté lista? ¿Debo comprar el iPhone en su debut o esperar a que el precio baje en unos meses? En estos dilemas, las grandes ganancias a menudo requieren largas esperas, por lo que los tomadores de decisiones deben elegir entre una recompensa más pequeña y más temprana, o bien una recompensa más grande, pero más tarde.
La Clinica Mayo indica que existe una relación entre la paciencia y el bienestar. En general varios estudios han determinado que las personas que son más pacientes experimentan menos estados depresivos, son más empáticos y sienten mayor gratitud.
Incluso se dice que el nivel de paciencia está relacionado con la felicidad personal. La psicóloga Rebeca Thelma Palacios afirma que existe una causa que va a desafiarnos y retarnos a esperar porque únicamente cuando acepto esa situación y conservo la calma es posible alcanzarla.
Existen aspectos particulares que nos ayudan a vivir mejor, explica La Organización Brahma Kumaris e indica que la primera es cultivar la paciencia y la segunda es la tolerancia. “No importa lo que me ocurra a mí, mi cuerpo o mis seres queridos, tengo que aceptarlo y lidiar con eso tan positivamente como pueda. El miedo de lo que ocurrirá o de lo que ha ocurrido empeora las cosas; se lleva mi fuerza y claridad para responder adecuadamente”, afirman.
Lo cierto es que las pruebas vienen a diario, a nivel personal cuando compartimos con alguien más, frente a las adversidades y con cambios como el que actualmente está experimentando el mundo.
¿Por qué algunas personas son pacientes y otras no?
Palacios comenta que influyen las diferentes experiencias que se viven y en especial los modelos de vida con los que la persona se ha criado porque ellos enseñan acerca de la paciencia.
“Si mis modelos fueron intolerantes no quiere decir que voy a hacer así, a menos que me identifique con esa forma de actuar, o bien puedo analizar que ser así causa problemas y prefiero tomar otra decisión”, expresa la psicóloga.
El líder espiritual Osho decía que hemos olvidado cómo esperar. “En el silencio y la espera algo dentro de ti continúa creciendo tu ser auténtico”, expresó en una reflexión.
Así también compara cómo la naturaleza sabe esperar en cada estación, sabe en cuál florecer o en el caso del cuerpo de la mujer durante el embarazo de nueve meses, en el cual el niño se forma. Simplemente queda estar alerta y esperar que la naturaleza siga su curso.
En general los expertos insisten que la paciencia sí es posible construirla y se comienza con prácticas de atención que permitan hacernos conscientes de dónde estamos y qué pasa en ese momento.
Durante la pandemia esto ha sido un gran reto por los cambios que representa y los especialistas insisten en cuidar nuestros pensamientos y centrarnos en el ahora, así como aprender a disfrutar de lo que tenemos ahora, de la convivencia en familia, de estar en casa, de buscar o aprender nuevos proyectos y de reconocer que esta época también pasará, dice la psicóloga Ingrid Urrea.
¿Cómo se fortalece esta capacidad?
Palacios comenta la importancia de reconocer que ser demasiado impulsivos podría llevarnos a problemas, así que al estar conscientes de ello es posible fortalecer la voluntad para cambiar, mejorar las relaciones interpersonales y resolver los problemas de manera diferente.
Si nos enfocamos en el problema, la impaciencia va a ganar. A continuación algunas técnicas para fortalecer la paciencia:
- Respirar profundo y equilibrar los pensamientos. Si se encuentra frente a un problema tómese unos minutos u horas para analizar lo que sucede y respire, la respiración trae la calma. Así también busque soluciones y no se centre únicamente en lo negativo.
- La sonrisa. El buen humor es una medicina, así que intentar reír, ver una comedia o recordar algo gracioso será importante para trabajar en ella.
- La meditación. Se ha comprobado que unos minutos de silencio e introspección ayudan en momentos de estrés, a calmar y relajar el cuerpo.
- El ejercicio. Con solo una caminata estará ayudando a su cuerpo a sentirse mejor y se relajará. Existen movimientos conscientes como el yoga o tai chi que están diseñados para fortalecer el cuerpo y la mente.
- Explorar su interior, analizar sus procesos y cómo actúa, podrían ser ejercicios productivos mientras hace una larga espera.
- Disfrute el momento o el lugar donde se encuentra, si no está en sus manos que las cuestiones avancen y solo queda esperar. Si hay naturaleza céntrese en ella o conviértase en un observador de su entorno.