Según el estudio, dirigido por investigadores del Brigham and Women’s Hospital en Boston (EE.UU.) y publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes “las mujeres con endometriosis deben ser conscientes de que presentan un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular que aquellas que no tienen la enfermedad, así como que este mayor riesgo puede ser más elevado cuando son jóvenes”, según el sitio abc.es
Para llevar a cabo el estudio, los autores revisaron los historiales médicos de 116 mil 430 mujeres participantes en el Estudio de Salud de las Enfermeras II (NHS II). Durante los 20 años de seguimiento del estudio, un total de 11 mil 903 fueron diagnosticadas de endometriosis.
Los resultados mostraron que, comparadas frente a aquellas sin la enfermedad, las mujeres con endometriosis tenían una probabilidad 1.35 veces mayor de requerir cirugía o la implantación de un stent para la apertura de una arteria obstruida; un riesgo 1.52 veces mayor de sufrir un infarto de miocardio; y una probabilidad hasta 1.91 mayor de desarrollar una angina de pecho.
El incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular fue significativamente mayor en las mujeres que, diagnosticadas de endometriosis, no habían alcanzado la edad de 41 años. Como alertan los autores, “comparadas frente a aquellas en su mismo grupo de edad, las mujeres con 40 o menos años y endometriosis tenían una probabilidad tres veces mayor de sufrir un infarto o una angina de pecho o de necesitar tratamiento para sus arterias obstruidas”.
Stacey A. Missmer, coautora del estudio, aconseja: “Es importante que las mujeres con endometriosis, incluidas las jóvenes, adopten hábitos de vida cardiosaludables y sean monitorizadas por sus doctores para detectar el posible desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Y asimismo, deben conocer los síntomas dado que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte entre la población femenina”.
Según reconocen los propios autores, el riesgo podría explicarse, cuando menos en parte, por la cirugía que se emplea en la endometriosis, esto es, la extirpación del útero o los ovarios.