Solo con sacar el factor humano de la ecuación, los robots autónomos pueden reducir complicaciones y mejorar la seguridad y la eficacia de la cirugía en los llamados tejidos blandos, según el estudio.
Se entiende por tejidos blandos aquellos maleables y móviles, en contraste con los tejidos duros, que se refieren a los huesos.
La cirugía con robots autónomos se había puesto en práctica y con éxito en los tejidos duros, donde tareas como cortar huesos resultan de más sencilla programación para las máquinas.
En este estudio pionero con tejidos blandos, los investigadores compararon directamente la eficiencia de las operaciones ejecutadas por robots y por cirujanos expertos de forma manual.
En esta comparación, resultó más eficiente el robot, llamado STAR (estrella, en inglés). Siempre bajo supervisión, STAR probó ser “superior en todos los sentidos”, tanto en suturación como en reconexión de segmentos, según el informe.
El ensayo se ha puesto en práctica con cerdos, en concreto para operaciones estomacales, y todos los animales sobrevivieron a la operación sin complicaciones.
En su aplicación a los humanos, este tipo de cirugía se puede usar en operaciones de estómago, para extirpar tumores así como para otras operaciones de tejidos blandos.
Los investigadores piden que se desarrolle más esta línea de trabajo, ya que creen que la cirugía robótica puede eliminar el error humano del quirófano.