Además de estos grifos, en este rubro se incluyen también las mascarillas y los dispensadores de jabón.
“Los conocemos hasta ahora de baños públicos o semipúblicos, pero en realidad también es un tema para cada uno de nosotros en casa”, apunta Dennis Jäger, redactor jefe de la revista especializada en sanitarios “SBZ”.
Más allá del tema “higiene, virus, bacterias”, dicho de manera bien pragmática: “un sensor mantiene limpia la grifería”. Porque de esta manera no tenemos necesidad de tocarla, y eso evita las huellas digitales con jabón o suciedad.
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Dichas griferías pueden ser adquiridas desde hace tiempo por las personas para sus hogares, aunque ópticamente el diseño de las versiones se adaptaba más bien a los baños públicos. “Más sencillo y reducido”, puntualiza Jäger.
Más delgado y chic que en el baño público
Entretanto ya existen griferías que se adaptan ópticamente de manera armónica a un baño privado. “No solo son funcionales, sino también bonitas”, explica Jäger.
Un aspecto fino se hace posible, por ejemplo, separando la electrónica de la grifería, indica la empresa Geberit sobre sus productos Piave y Brenta. El comando aquí está oculto en la unidad de limpieza inferior del lavabo.
Y también el sensor -hasta ahora siempre visible- es modificado por los diseñadores: muchos fabricantes están concibiendo cada vez más sus grifos de forma que el sensor desaparezca visualmente.
Por ejemplo, Axor, con su grifería de pared sin contacto de las colecciones Citterio y Uno: el sensor infrarrojo se encuentra integrado en la parte inferior de la corriente de agua.
Cómo las nuevas tecnologías modifican los modelos
Dornbracht utiliza la tecnología denominada “touchfree” para un comando del grifo sin contacto. En lugar de los habituales sensores infrarrojos, aquí se pone en juego una tecnología de alta frecuencia, que se presenta sin sensor visible y que puede combinarse con cualquier serie de diseño del fabricante.
Otros puntos a favor de algunos modelos: una detención automática del agua tras determinado tiempo y una temperatura preestablecida. Ambos factores contribuyen al ahorro.
Sin embargo, estas griferías se diferencian de los modelos habituales con palanca, ya que requieren una conexión eléctrica o una batería.
La duración de vida de las baterías por lo general es extensa: Grohe garantiza siete años para las griferías sin contacto con esta electrónica de bajo consumo, considerando unas 150 activaciones diarias, sin recambio de batería.
Una consecuencia psicológica del coronavirus
También el gerente de la Asociación Alemana de Sanitarios Jens J. Wischmann estima que estas griferías serán cada vez más utilizadas en baños privados y sobre todo en baños para huéspedes.
Asimismo presume que durante largo tiempo seguiremos sintiendo el impulso de directamente lavarnos las manos cuando llegamos a casa o a la vivienda de un tercero, como consecuencia de la pandemia.
Lo mismo ocurre con las expectativas respecto del comportamiento de los visitantes. “La gente ahora sí quiere que, quien vaya a verla, se lave las manos y toque lo menos posible”, observa Wischmann.
Por eso, el experto en sanitarios cree que, junto con las griferías con sensor, también se instalarán de manera creciente dispensadores de jabón automáticos en las casas.
Así, los jabones duros que gozaron un tiempo de gran popularidad podrían volver a desaparecer, “porque en realidad ya no se los quiere tocar más”.
En esos dispensadores frecuentemente puede integrarse al mismo tiempo un desinfectante. Por ejemplo, el dispensador de Keuco denominado Plan proporciona espuma de jabón y también espuma de desinfectante, dosificada en cantidades preestablecidas. El modelo con sensores infrarrojos, al igual que las griferías, opera mediante baterías o una fuente de alimentación empotrada.
Para Dennis Jäger, esta evolución en el rubro aún no termina allí, sino todo lo contrario. “En el plano técnico ocurren muchísimas cosas, justamente porque todos en este país ahora aprendimos que la higiente es tremendamente importante”, asevera el redactor jefe de “SBZ”.
“Y un gran ámbito en las próximas semanas, meses y años serán las griferías con sensores, específicamente en los baños privados”, se muestra convencido Jäger.