Para hablar del tema es importante conocer que el cuerpo de los niños podrían interactuar con el virus de una manera distinta a comparación de los adultos. En el 2020 se publicó un estudio acerca que el virus SARS-CoV-2 que ha causado la pandemia infecta a las personas a través de las vías nasales y del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2, ECA-2.
El Instituto de Estudios Avanzados Westlake, en Hangzhou, y la Universidad Tsinghua de Pekín publicó que la unión de una proteína del virus y el ECA-2 hace que el coronavirus entre por las vías respiratorias y se duplique en el organismo. Pero, los niños tienen una menor cantidad de estos receptores y esto se convierte en un protección para los menores. Estos receptores aumentan con la edad.
Mayo Clinic también explica que algunos expertos sugieren que los niños quizás no se vean afectados de manera tan grave por covid-19 porque hay otros coronavirus que se propagan en la comunidad y causan enfermedades como el resfriado común. Como los niños con frecuencia se resfrían, es probable que su sistema inmunitario esté preparado para proporcionarles alguna protección contra este virus.
Así trabaja el organismo de los niños
El pediatra Edgar Beltetón explica que los niños se están contagiando en mayor cantidad, pero porque la pandemia ha aumentado también el número de contagio en adultos. Muchos padres salen a trabajar y al llegar a casa contaminan a los niños.
“A nivel científico se ha documentado que los niños contraen la enfermedad, se contagian, pero pocos tienen complejidad en el porcentaje que tienen los adultos. Esto se da porque ellos tienen ciertas características propias que los hace que no tengan una carga viral importante”, agrega Beltetón. Al respecto, el galeno menciona uno de los últimos estudios hechos por el científico Kompaniyets y otros expertos, publicado también en la revista JAMA.
En este estudio se revisaron más de tres millones de niños en hospitales en muchas regiones en Estados Unidos, de ellos se identificaron 43 mil niños con covid-19, la mayoría de los niños hospitalizados estaban entre las edades de 12 a 18 años y constituyen el 10% de los hospitalizados y de ellos, es decir, solo el 30% requirieron un manejo intensivo. “Esta investigación es importante porque es una gran población pediátrica que ayuda a encontrar ciertos hallazgos”, explica Beltetón.
Beltetón también comenta que en los niños podría ser beneficiosos un mecanismo propio de todos los seres humanos de la apotososis, es decir un proceso de muerte celular cuando las células que han acometido su función en el cuerpo les toca renovarse, para dar lugar a otras células nuevas y jóvenes. En los niños este proceso suele ser más rápido, lo cual podría influir en su recuperación.
De cuidado
Del estudio liderado por Kompaniyets también se reflejan otros detalles importantes y quiénes están en más riesgo de complicaciones. Niños con enfermedades crónicas tienen ocho veces más probabilidades de necesitar ser hospitalizados y tres veces más de probabilidades de necesitar cuidados intensivos.
Beletetón explica que en la gran mayoría de casos los niños tienen manifestaciones de fiebre entre 12 y 24 horas y luego empiezan a recuperarse aunque podrían sentirse decaídos y es importante cuidarlos, controlar la fiebre con analgésicos y mantenerlos hidratados, entre otros detalles que recomienden los médicos.
“No podemos negar que hay niños que requieren de cuidados intensivos, en estos grandes grupos de población proceso cardíacos y circulatorios, obesidad y asma no controlada podrían dar un impacto en la salud de pacientes”, agrega Beltetón. Al respecto también menciona que en Guatemala afecta la población infantil cuestiones como la desnutrición con una respuesta inmunológica pobre y estos se convierten en casos de alto riesgo.
Si el paciente tiene otra enfermedad asociada es importante mencionarlo a los médicos desde el principio de los síntomas. La Associated Hospitalization Network en Estados Unidos menciona a un 42% de los pacientes pediátricos tienen una condición médica asociada, 38% con obesidad, 14% con asma y 3% con historial de diabetes.
También es importante mencionar que al hacer el diagnóstico de covid-19 tienen traumas y trastornos relacionados con estrés al ser diagnosticados.
Acerca de las nuevas cepas, como la conocida actualmente como Delta, Beltetón refiere que la evidencia hasta el momento indica que si resultan más contagiosas, pero no más mortales para los niños. Ahora grupos de familias completas están enfermas, “pero el riesgo de que un niño menor de 14 años muera a causa de esta enfermedad es de uno en mil millones, según los recientes estudios”, dice el médico.
Un diagnóstico positivo
Es importante que en el momento que un adulto es diagnosticado se aisle y se mantenga lejos de los niños para evitar contagios. Si es una madre que está dando lactancia, se ha recomendado mantener la lactancia, con una buena higiene de manos y usar mascarilla mientras se alimenta al bebé, dice el infectólogo pediatra, Mario Melgar, en el webinar Covid en niños, respondiendo a tus preguntas, en la página de Facebook del neumólogo José Miguel Leal, @drjoseleal. Cada caso podría requerir otros cuidados y una decisión entre los padres y médicos.
Si el niño presenta síntomas es necesario estar atento. Los síntomas por lo regular son más leves y los menores se recuperan por completo en una o dos semanas.
Mayo Clinic recomienda que si cree que el niño podría tener covid-19 manténgalo aislado y consulte con un médico. Evite medicarlo sin la orientación profesional. De ser posible debe estar en un dormitorio y usar un baño separado.
Algunos necesitarán hacer una prueba de diagnóstico para detectar la enfermedad, por lo regular se utiliza un hisopo largo para tomar una muestra de la parte posterior de la nariz (hisopado nasofaríngeo). La muestra se envía luego a un laboratorio para su análisis. La médico Jennyfer Rodemeyer, directora del Programa de Vida Infantil de Mayo Clinic recomienda explicarles a los niños sobre la enfermedad y comentarles de qué trata el hisopado.
En necesario mencionarles lo importante de sentarse y quedarse quieto como una estatua. Papá, mamá o el cuidador puede ayudar a que el niño se sienta tranquilo durante la prueba.
El proveedor de atención médica tiene que tocar el interior de la parte posterior de la nariz con un hisopo largo y delgado. Para esto el niño debe levantar el mentón. Luego, el proveedor de atención médica le pondrá el hisopo en la nariz durante unos segundos para obtener una muestra.
Algunos niños sometidos a la prueba mencionaron que respirar profundo antes de la prueba o contar hasta tres les ayudó durante este proceso, otros dijeron que les ayudó abrazar su peluche favorito.
Pocos niños podrían presentar algo llamado el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés). Esta afección inflama algunos órganos como el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el sistema digestivo, el cerebro, la piel o los ojos. En este caso Melgar comenta que en ocasiones se podría solicitar una prueba de anticuerpos para un diagnóstico más certero.
Entre los síntomas están fiebre por más de 24 horas, vómitos, diarrea, sarpullido en piel, respiración rápida, enrojecimiento o hinchazón en las manos o los pies, entre otros.
Menos contagios
El ideal es seguir aplicando las medidas de distanciamiento social, lavado de manos y uso de mascarilla.
En salidas al aire libre podría no usar mascarillas si van a estar solo con la familia, pero de estar en contacto con más niños, es indispensable no quitársela mientras se comparte con otros.