La ACS estima asimismo que ya no es necesario que todas las mujeres, independientemente de su edad, se sometan a exámenes clínicos de senos para detectar eventuales bultos si no presentan riesgos específicos.
“Después de un análisis meticuloso sobre mujeres de entre 40 y 54 años, el grupo encargado de elaborar esas recomendaciones concluyó que el peso de la enfermedad era menor, aunque no despreciable, entre las mujeres de 40 a 45 años y que los riesgos vinculados a la mamografía ya no se justificaban en ese grupo de edad”, escribe la ACS.
Estos cambios, que podrían alimentar el debate acerca de la edad y la frecuencia de esos exámenes en Estados Unidos, constituyen un reconocimiento de los límites de la mamografía y de sus defectos, como el elevado número de falsos positivos que derivan en otros análisis, como las biopsias.
Sin embargo, las mujeres de entre 40 y 44 años que tengan un riesgo elevado de desarrollar un cáncer de seno, como las predisposiciones genéticas, pueden hacerse una mamografía anual, destaca la organización.
El tumor de seno es el cáncer más frecuente entre las mujeres en todo el mundo.