La última Luna llena que se vio el 25 de diciembre fue en 1996 y no en 1977, como se afirma, y no se verá ni más grande ni más brillante, indicó Edgar Castro Bathen, presidente de la Asociación Guatemalteca de Astronomía y director Diplomado en Astronomía de la Universidad Galileo.
También hay que recordar que el 22 de diciembre se producirá el solsticio de invierno, el día más corto del año, con una duración de 11 horas con 16 minutos, refirió Mario Rosales, técnico del Insivumeh. El máximo tamaño del satélite natural terrestre se podrá admirar a las 5.11 horas.
La estrella de Belén
El acontecimiento lunar, que ocurre pocas veces en el siglo, recuerda otro relevante fenómeno astronómico relacionado con el Nacimiento de Jesús conocido como la estrella de Belén, la cual, según el Evangelio de San Mateo guió a tres sabios —Reyes Magos— al lugar donde vendría al mundo el Mesías para adorarlo.
Castro Bathen explica que, según investigaciones, este suceso, en realidad, fue una conjunción planetaria de Júpiter y Saturno, los cuales formaron un punto muy brillante que, en ese entonces, se consideró una estrella.
Este fenómeno fue visible durante tres meses. “Esto permitió que los tres Reyes Magos, que eran astrónomos y astrólogos, predijeran que algo extraordinario iba a ocurrir, como el nacimiento del hijo de Dios y se dirigieron a Oriente”, dice. “Esta conjunción es rara y ocurre una vez alrededor de cada dos mil años”, agrega.
El doctor en Astrofísica Eduardo Rubio-Herrera, catedrático de la Usac y de la Universidad del Valle de Guatemala, refiere que no es posible asociar específicamente un evento astronómico con la fecha que hace referencia al objeto que guió a los Reyes Magos. Es probable que haya sido una conjunción planetaria, pero en el año 7 de nuestra era.
Según cálculos, Jesús nació cuatro años antes, de acuerdo al año cuando Herodes realizó un censo al pueblo judío, expone el sacerdote Julio Barrios, presbítero del Santuario de Guadalupe. “Probablemente no estamos en el 2015, sino en el 2019”, dice Castro Bathen, quien coincide con este dato.
No existen referencias de la fecha del natalicio de Jesús, lo cual no es lo que interesa, sino que Él viva en nosotros y recordemos cuando vino al mundo, añade Barrios.
¿Por qué esa fecha?
Los primeros cristianos eligieron el 25 de diciembre como fecha de Su nacimiento, con el fin de contraponer una celebración pagana relacionada con el solsticio de invierno, refiere Hugo Estrada, párroco de la Divina Providencia.
En el solsticio de invierno las noches se hacen más largas y el Sol se oculta temprano. El 25 de diciembre termina la noche y nace la luz que vence la oscuridad, representada en el Hijo de Dios, dice Barrios. “La estrella es la fe y esperanza para poder ver su rostro”, concluye.