La música, además de hacer vibrar nuestros tímpanos, es positiva para nuestra salud y bienestar. El escuchar nuestro género o canción favorita nos trae beneficios mentales y físicos, puede modificar nuestro humor, aumenta las capacidades cognitivas, la creatividad y nos anima en los momentos difíciles. También ayuda a la liberación de dopamina y endorfina en el cerebro, lo que nos hace sentir plenos y felices.
Por ello, es común que sin pensarlo mucho busquemos el tipo de música que necesitamos en cada momento para experimentar la sensación que queremos o necesitamos. Incluso, varios creamos listas de reproducción específicas para cada tarea, las más movidas seguramente serán las ideales para hacer ejercicio o para hacer limpieza en casa, porque nos dan energía y nos levantan el ánimo; mientras que las más relajantes pueden ser útiles para concentrarnos y relajarnos, ya que reducen la ansiedad. También hacemos playlist con diferentes estilos para ir en el tráfico, con el fin de distraernos.
“Muchas veces nos preguntamos qué música es buena para relajarse, dormir o lograr concentrar. Aunque la música relajante, la que tiene ritmos más lentos, es la más popular para estos aspectos, no es la única ni es la reina de la receta. Si bien existen ciertas generalidades acerca de los efectos fisiológicos de la música con características definidas, lo que para alguien puede resultar relajante, para otra puede ser estresante”, explica Flor Castañeda, psicóloga y maestra de música.
Mitos de la musicoterapia
La musicoterapia consiste en usar las conexiones musicales de una persona con la música para estimular cambios positivos en el estado de ánimo o bienestar en general. Esta puede incluir crear música con instrumentos de todo tipo, cantar, bailar o solo escucharla.
Con este tipo de terapia se puede mejorar la confianza en uno mismo, la comunicación, independencia, autoconciencia y la conciencia hacia los demás, así como la capacidad de concentración y atención. “Aunque es una herramienta muy utilizada por muchos terapeutas, existen mitos alrededor de ella que es importante aclarar porque esta va más allá de la música relajante”, dice Gonzalo Jimenez, psiquiatra.
- No solo se trabaja con ciertos tipos de música: En realidad se puede utilizar todo tipo de música, dependiendo de los objetivos propuestos por el terapeuta o gustos del paciente. A veces se usan géneros como el metal o el reggaetón o solo se basa en la improvisación.
- Se escucha música para relajarse: aunque es uno de los objetivos de la musicoterapia, esta también puede lograr una relajación corporal o emocional, aprender técnicas de relajación y autoconsciencia.
- Hay que estudiar música para poder recibir esta terapia: este es uno de los mitos más frecuentes que se repiten ante los especialistas, dice Jimenez. Sin embargo, no es necesario tener conocimientos musicales para asistir a estas sesiones, ya que se trabaja con la conexión que tiene el paciente con su música interior.
- Acompañarnos de música en los momentos difíciles es musicoterapia: muchas veces ponemos música alegre cuando nos sentimos tristes para levantarnos el ánimo o para librarnos de nuestras emociones. Pero la musicoterapia va más allá de estas acciones, ya que se debe tener un proceso sistemático en el que se logre tratar y transformar el tema en cuestión.
- Un músico puede hacer musicoterapia: los profesionales que practican esta área tienen conocimientos amplios en psicología, música, fisiología y en técnicas para usar las experiencias musicales según los objetivos terapéuticos.
¿Por qué relaja el sonido del mar y la naturaleza?
Si hablamos de que no a todos nos relaja la misma música, entonces, por qué el sonido del mar o de la naturaleza sí cumplen esta función en la mayoría de las personas. Muchos hemos ido a la playa para descansar y recargar energías, así como a un lugar despejado con mucha área verde; incluso, por qué estos sonidos están presentes es todas las listas de música que se titulan “música relajante”.
Marian Benito, de El País, dijo que el mar es definitivamente sensorial. Basta posar los pies en la orilla para sentir su inmensidad, que apela a cada uno de ellos desde el momento en que el oleaje rompe contra nuestra piel, con una relajante cadencia que recuerda a la de un buen masaje. El mar lo podemos ver, sentirlo, tocarlo y escucharlo.
Nuestras sensaciones cambian cuando estamos frente al mar. Muchas veces nos relajamos solo con verlo, o con solo sentir su brisa. Incluso, si cerramos los ojos y solo lo escuchamos, también sentimos cómo los problemas y preocupaciones se van con cada ola que revienta en una piedra.
Por ello, los sonidos del mar ayudan a la relajación. Con solo escucharlo uno se transporta a la playa y desde la imaginación se observa ese azul inmenso y profundo del agua. Además, Paola Luna, psicóloga especializada en disciplina positiva, explica que el ruido del mar no es invasivo para nuestro cerebro, sino que el sonido de las olas es repetitivo y por ende meditativo.
“Muchas veces, si a la persona le gusta le gusta el mar y tiene problemas para conciliar el sueño, se recomienda que antes de dormir escuche el sonido del mar para relajarse. De preferencia que se quede dormida con esa música”, dice la profesional.
Al igual que con el mar, cuando vamos a un lugar lleno de naturaleza nuestros sentidos se ponen en alerta. Nos volvemos más perceptivos al sonido de un arroyo, al canto de un pájaro, al sonido del viento entre los árboles y al olor de las plantas. Los ruidos naturales son estimulantes para el organismo, alteran las conexiones neuronales, lo que promueve una reducción significativa de la tensión del cuerpo.
Luna explica que los sonidos naturales activan el sistema nervioso parasimpático, el cual ayuda a restablecer la energía corporal.
Beneficios de la música relajante
La música tiene un enlace directo a nuestras emociones, por lo que es una herramienta que ayuda a manejar nuestro equilibrio interior. Además, con su suave ritmo y sonidos repetitivos es utilizada muchas veces en musicoterapia para tratar diferentes problemas emocionales.
Si escribimos en nuestro buscador de Internet la palabra “música relajante” encontraremos miles de resultados, como listas de reproducción que duran horas. Darle reproducir a una de estas, sobre todo antes de dormir calma el ritmo cardiaco, la respiración y la actividad cerebral. Es como un bálsamo para los pensamientos que nos aturden por las noches. De esta forma se pueden tratar problemas del sueño.
Con este tipo de música se reduce el estrés y se descansa mejor, a la vez es una forma de mejorar el tiempo de meditación durante el día. Con la música se consigue concentrarnos solo en los pensamientos que necesitamos en ese momento, la recomendación es escuchar música de la naturaleza para tener mejores resultados.
Al hablar de concentración mencionamos también que se puede utilizar mientras estudiamos o trabajamos, ya que mejora la retención de datos o información que necesitamos. Al estar concentrados se optimizan los procesos mentales básicos de nuestra mente.
También, parte del mejor descanso que nos proporciona, es porque al relajarnos se reduce la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Ambas se vuelven más regulares y contribuye a que el espacio sea de paz y tranquilidad.
La música relajante favorece la conexión rápida entre las neuronas, por lo que en un entorno con buenas vibraciones musicales se mejora el razonamiento y se potencian nuestras habilidades espaciotemporales. También se mejora la interconexión entre los dos hemisferios del cerebro.
Como hemos mencionado que la música nos acompaña en todo momento, también lo hace mientras comemos. Si escuchamos melodías relajantes podemos estar más presentes en nuestra alimentación y prestar atención al momento, lo cual es de beneficio para la digestión y elegir comidas más sanas y balanceadas.