Según la tradición, cada fin de año se debe celebrar para agradecer lo recibido y esperar que el futuro depare lo mejor para nuestras vidas. Sin embargo, dichas fiestas no son un regocijo exclusivo para los adultos.
Los niños son parte vital en estos festejos. Ellos invaden de alegría cada hogar con sus sueños y anhelos que, aunque a veces rebasen la lógica posible, son ideas que enriquecen su imaginación y brindan creatividad a su mente.
Los pequeños del hogar merecen toda la atención posible. Son ellos quienes más se disfrutan estas fiestas con su peculiar manera de imaginar esos deseos para el año venidero y lo que serán sus metas próximas, que van desde conseguir determinado juguete, tener más amigos, ver televisión, jugar algún nuevo videojuego o simplemente compartir con sus padres.