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Una brocha o pincel sucio es un foco de infecciones para la piel. Debido a su uso y los materiales con los que tienen contacto, las cerdas pueden endurecerse, hecho que no solo provocaría que el maquillaje no se distribuya correctamente sino que también puede irritar su piel. Tome en cuenta también que estos utensilios, como cualquier cosa están expuestas a la contaminación y las bacterias del ambiente. Además, si padece de acné, podría tener problemas aún más graves en su piel, pues las bacterias acumuladas en las brochas o pinceles podrían empeorar un poro que se encuentre abierto.
Al ser herramientas que están en constante contacto con la piel, lo más recomendable sería utilizar aplicadores de maquillaje desechables pero hay productos que no tienen esta versión y que además son muy caros, como las brochas para aplicar blush por ejemplo, por lo que la mejor alternativa es limpiarlas constantemente. Cada 15 días es un lapso adecuado.
Es importante ser constante en el proceso de limpieza y una motivación grande es conocer las consecuencias por las que podría verse afectada su piel, su salud y la calidad de los productos que utiliza.
Si sus productos como sombras o base llegan a su fecha de vencimiento o usted decide desecharlos porque su aspecto le indica que no está en buen estado, de nada servirá que compre uno nuevo si utilizará las mismas brochas sin haberlas limpiado. Bastará con que introduzca las brochas o pinceles en el producto para contaminarlo y estropearlo.
La maquilladora profesional Alejandra Martínez explica que si utiliza brochas de pelo natural es importante que las limpie de inmediato con un jabón especial para este tipo de producto que puede encontrar en cualquier tienda de cosméticos. Además, sugiere que una vez a la semana también las lave con jabón neutro y abundante agua y que se asegure de se sequen muy bien. Lo mejor es que las deje secar en una posición horizontal porque de lo contrario podrían quedar residuos de agua alojados en la parte donde se une el mango con los pelos, haciendo que se debilite más adelante y la brocha quede inservible.
En el caso de las fibras sintéticas, Martínez explica que también venden limpiadores especiales en cualquier tienda de cosméticos. Sugiere elegir una que no tenga alcohol entre sus componentes.
El proceso para lavar estos utensilios es bastante sencillo. Coloque un poco del jabón especial en su mano (del tamaño de una ficha de 25 centavos) y frote la brocha o pincel, y posteriormente enjugue con agua caliente. Incluso, si lo prefiere puede utilizar un cepillo o guante limpiador de brochas, las cuales tienen texturas diferentes que le permiten limpiar con más eficiencia. En este caso debe aplicar el jabón al cepillo y frotar sus aplicadores en él. Repita el proceso cuantas veces sea necesario.
En ambos casos debe ser especialmente cuidadosa para no mojar el mango de sus herramientas.