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Lo dice la ciencia: la vida es mejor si cuidamos un jardín

Una maceta o un jardín, cualquiera que sea el espacio donde crezcan las plantas se convierte en un pequeño universo lleno de vida y podría transformarlo en una experiencia de relajación.

La jardinería se ha visto como una actividad de ocio pero ofrece una forma simple de aprovechar el poder curativo de la naturaleza. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La jardinería se ha visto como una actividad de ocio pero ofrece una forma simple de aprovechar el poder curativo de la naturaleza. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Dedicarse a diario a cuidar las plantas es un pasatiempo con múltiples beneficios que van desde ser un ejercicio físico que permite estar en movimiento, hasta llevarnos a tener una pausa que nutre y al mismo tiempo descansa la mente.

Entrar en contacto con el jardín, como otras aficiones, son pausas activas que desarrollan habilidades y aptitudes que permiten salirse del estrés diario y cultivar concentración, paciencia y poner a prueba otras capacidades, explica el psicólogo Manuel Veláquez.

“Es parte de la terapia ocupacional que se recomienda a personas de la tercera edad, así como a quienes presentan déficit de atención, pero no se limita a ellos porque es posible aplicarlo a otras condiciones.  Esta interacción con la naturaleza aunque no se considera que sea curativa, sí ayuda a que todo tratamiento sea más beneficioso”, agrega Velásquez.

¿Cuánto espacio tiene el casa? Aproveche un rincón, una ventana o el balcón para crear su rincón con naturaleza. (Foto Prensa Libre: cottonbro en Pexels)

El estar en contacto constante con las plantas tiene un efecto que estimula toda la parte emocional, relaja y además da la sensación de logro cuando una planta se mantiene viva por algún tiempo, o bien cuando la experiencia ha llevado a tener una cosecha de alimentos o ver que es el tiempo de floración de una planta.   “Y lo mejor de esto es que esa sensación es la misma sin importar si es en pequeño espacio, una maceta en el balcón o en un jardín”, dice Velásquez.

En 2017 el Geisinger Medical Center en Pensilvania, Estados Unidos, estudió a un grupo de pacientes con dolor crónico en una terapia de siembra de hortalizas.  “Se ha demostrado que con esta actividad, ellos aumentan la sensación de bienestar, disminuyen la depresión y la soledad, a la vez que tienen una sensación de logro”, explican los investigadores en los resultados de este programa.

Los pacientes mostraron reducciones significativas en los aspectos mencionados, así como un aumento en la actividad física y social y la capacidad para controlar su dolor, y en general sufren menos estrés en comparación con sus pares que no participaron en este grupo.

Entre seres vivos

Estar en contacto con el jardín es toda una práctica sensorial, se observan los insectos y según el espacio se disfrutará de la llegada de los pájaros, así como de toda la dinámica de la naturaleza.

El ser vivo necesita y requiere de cuidados y que la maleza u otras plagas no lo destruyan.

Velásquez agrega que el beneficio no solo es a nivel personal.  Cuando se trabaja en comunidad o familia, también se transmiten valores y hábitos positivos.

A nivel físico la persona se mueve y toma el sol, un detalle importante para la salud, en especial durante la pandemia en que se permanece dentro de casa.  La recomendación es tener por lo menos 10 minutos diarios de sol para obtener vitamina D y con ello evitar riesgo de padecer enfermedades crónicas, infecciosas, autoinmunes, cardiovasculares, neurológicas o cáncer y, en última instancia, mayor riesgo de mortalidad.

El cuidado del jardín tiene beneficios no solo a nivel personal, cuando se trabaja en familia une lazos. (Foto Prensa Libre: Pexels)

El contacto con la tierra y las texturas también es importante.  “Se ha comprobado que en los niños el contacto con la tierra, las plantas y las diferentes texturas se convierten en un estimulador cerebral”, agrega Velásquez.

Faustino Argueta, instructor de Intecap, añade que el contacto con el color verde y la naturaleza es relajante y se contribuye a respirar un aire más puro.  Insiste que esta actividad no tiene edad, él mismo recuerda que de niño aprendió a sembrar y desde ahí decidió que la agronomía sería su mundo.

Además, es práctico y se puede empezar de cero e ir aprendiendo poco a poco, comenta Argueta.  “En ocasiones las personas tienen la creencia que no son buenos para esto y sus plantas se queman o mueren, pero al aprender la manera correcta y algunas técnicas es posible crear desde proyectos sencillos hasta otros más completos”, agrega.

“No hay que tenerle miedo a la tierra ni a ensuciarse, es el contacto con la naturaleza el que nos enseña a regresar a nuestras raíces”, recomienda Oscar Aguirre, arquitecto con especialidad en paisajismo de la Universidad Rafael Landívar.

El experto asimismo comenta que la presencia de jardines en las ciudades y en edificios purifica el aire.  “Alternativas como los jardines verticales -naturaleza en las paredes- aislan el ruido y reducen hasta 5 grados de la temperatura interior de un edificio.

Aguirre comenta también que en general el diseño y creación de jardines disminuye el cortisol, hormona relacionada con el estrés y  son espacios que permiten a las personas utilizar todos sus sentidos, además de apoyar a disminuir el impacto ambiental que el humano ha hecho con sus acciones.

¿Qué tipo de jardín?

Los jardines nos llevan a experimentar más allá de las plantas. En este ecosistema intervienen insectos, la tierra e incluso las piedras.  ¿A qué tipo de jardín quiere dedicarse usted?

Primer contacto
Alguien que nunca ha cuidado plantas podría atreverse a comenzar por opciones de poco cuidado como cactus y suculentas.

Incluso puede tratarse de plantas que se pueden colocar en macetas y ubicarlas en un balcón o en otro espacio que tenga.  El ficus, las palmeras y el palo de hule son opciones que crecen en macetas.

 

(Foto Prensa Libre: Shutterstock))

El lado Zen

Este tipo de jardines japoneses están integrados en especial por arena y rocas, lo cual permite un ambiente minimalista.   Busca resaltar la elegancia de lo simple.  Están en diversidad de tamaños, incluso existen miniaturas para tenerlos en el escritorio y enfocarse en él.

La finalidad de estos jardines es inspirarse en ellos para un tiempo de meditación.

(Foto Prensa Libre: Shutterstock))

 

Los terrarios

Esta es otra opción que nos acerca a mundos impactantes encerrados en cristal.  Se elige un recipiente en el que crecen las plantas según las condiciones de luz, humedad y temperatura.  Se puede llegar a simular un bosque o diversos micro paisajes con piedras, musgo y otras especies.

(Foto Prensa Libre: Shutterstock))

Especializarse

Si su amor por la naturaleza va más allá, es posible atreverse a tomar un diplomado o curso en diseño de jardines, o bien instruirse para crear no solo una planeación estructurada de jardines sino llegar tener en casa diferentes especies, árboles o incluso sembrar alimentos.

Entre las hortalizas se recomiendan el tomate, pepino y chile pimiento.  Solo debe aprender sobre el programa de manejo.

El ideal es investigar las especies endémicas, es decir las que crecen en la zona en que se encuentra geográficamente.

(Foto Prensa Libre: Shutterstock))


A prepararse

Si entra en esta experiencia lo que necesitará principalmente son las ganas de salir al jardín y el amor por la naturaleza. Y estos tres elementos:

-guantes

-pala

-tijeras de podar

 

El tipo de tierra y drenaje es esencial.  Además, se requiere del abono.  Lea o investigue con profesionales sobre la planta que quiere sembrar, asegúrese si es de sol o sombra y ofrezca los cuidados necesarios.


El compost

Esta es una solución que apoya el reciclaje en casa y se obtiene de diferentes materiales orgánicos, como residuos vegetales, en un proceso controlado de fermentación realizado por microorganismos -bacterias y hongos-, el cual es empleado como sustituto parcial o total de fertilizantes químicos.  Puede utilizarse una caja compostera o bien un espacio en el jardín dedicado a esta finalidad.

La materia compostable se degrada en determinado periodo de tiempo, bajo ciertas condiciones de entorno con la intervención humana en este proceso. Como materia prima se puede utilizar todo tipo de desechos vegetales y animales que no estén contaminados, como cáscaras de frutas, verduras o huevos.  Oscar Aguirre, arquitecto con especialidad en paisajismo de la Universidad Rafael Landívar, explica que si se utilizan huesos de animales estos deben estar en descomposición completa para evitar que se atraigan hormigas.

(Foto Prensa Libre: Shutterstock))

Desde el techo

Actualmente, los jardines están siendo planificados en los tejados de los edificios y azoteas, así como en las paredes, reporta el Foro Económico Mundial.

Esta dinámica es considerada una renaturalización de la ciudad y explica que los techos verdes reducen el flujo de agua al limitar los efectos de las inundaciones repentinas en las zonas urbanas. El llamado techo verde reduce la contaminación cuando las plantas absorben parte de los contaminantes en el aire, fijando las partículas finas, y producen oxígeno.

También asegura que vivir y trabajar rodeado de plantas promueve la productividad, y que la hospitalización de los pacientes que están en un entorno rodeado de vegetación son más cortos y la curación más fácil.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.