En esta edición incluimos estudios científicos que explican el porqué ayuda poner en práctica las siguientes acciones.
Abrazar
Los abrazos influyen en la salud física y emocional. Cada vez que alguien es abrazado está estimulando sus neuronas. Cuando abrazamos y nos abrazan liberamos el estrés, la ansiedad, la depresión y hay autoconfianza. Se eleva la serotonina, lo cual ayuda a mejorar el estado de ánimo. Al liberarse la oxitocina u hormona que produce bienestar también se estabiliza la presión arterial. Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte afirma que también se mejora el sistema inmune, ya que se favorece la creación de glóbulos blancos. Los abrazos estimulan la circulación en los tejidos blandos y gracias a esto se pueden calmar dolencias musculares.
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Asolearse
Recibir los rayos del sol estimula en el cuerpo la vitamina D, la cual es fundamental para la mineralización de huesos y dientes. La exposición al sol entre 6 y 10 horas aumenta el número de glóbulos blancos y como tal, el organismo está mejor protegido contra las enfermedades. Los rayos ultravioleta regulan la producción de melatonina, hormona que ayuda a definir los ciclos de sueño. La luz solar reduce sus niveles, lo que ayuda a sentirse más activo. Para evitar padecimientos relacionados con la sobreexposición solar, siempre hay que usar protector.
Ejercitarse
La actividad física moderada y continua ofrece muchos beneficios, entre ellos, mayor capacidad cardiorrespiratoria, que permite optimizar el funcionamiento general del organismo. El riesgo de enfermedades coronarias, así como prevención de segundos episodios de ataques cardiacos en personas que han sufrido infartos, disminuye en las personas físicamente activas. A estos se suman: prevención del deterioro de la mineralización de los huesos y de la atrofia en el tejido muscular, así como de la rigidez de las articulaciones. También ayuda a mantener el peso ideal.
Besar
Cuando una persona besa, está favoreciendo su salud cardiovascular, sobre todo si es apasionadamente, ya que aumenta los latidos y ayuda a disminuir la presión sanguínea. La sangre fluye de una mejor manera y llega a todos los órganos vitales. Al besar se liberan hormonas que mejoras el estado de ánimo. Los beneficios son similares al de los abrazos, pero también estimulan los músculos del rostro que se tensan y tonifican. A esto se suma que reduce los dolores de cabeza y que la persona que besa antes de ir a trabajar es más productiva y feliz.
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Reír a carcajadas
Los pulmones se expanden y los músculos se estiran y relajan después de una carcajada. Todo esto provoca que la hormona del estrés, la cortisol, disminuya. Esta es la razón por la que algunos profesionales de la medicina recomiendan a sus pacientes más dosis de risa. La risoterapia no es una técnica nueva. Hace cien años, Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, algo que pudo ser demostrado posteriormente científicamente, al descubrir que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír.
Dormir
Quien duerme de siete a ocho horas al día tiene mejor y más capacidad para reorganizar la información y extraer los datos más relevantes, según un estudio de la Universidad de Notre Dame, EE. UU. El sueño favorece que produzcamos ideas nuevas y más creativas, añade la investigación. Es también un tratamiento de belleza, porque la piel se torna más lozana, comparada con aquellas personas que duermen menos de seis horas diarias.
La revista Journal of Behavioral Medicine publicó que la presión arterial se mantiene más baja en quienes duermen siesta de 45 minutos frente a quien no lo hacen.
