“Las reuniones, convivios y celebraciones representan un cambio en las rutinas de los menús y en la preparación de estos. También es más frecuente tener acceso a comidas o postres típicos de esta época, donde los alimentos más alergénicos como leche, huevos, carne de cerdo y frutos secos están más presentes”, apunta.
Asimismo, subraya que en las celebraciones confluyen otros factores que incrementan la reactividad del sistema inmunitario, de modo que este puede reaccionar frente a dosis de un alérgeno alimentario que antes se toleraban. “Estos factores incluyen ejercicio físico, como bailes, calor (si, por ejemplo, se reúne mucha gente en la misma casa), cansancio o alcohol”, detalla Ojeda. En este sentido, Javier Subiza, director de la Clínica Subiza de la capital de España, aclara que el alcohol actúa como un cofactor porque puede hacer que la reacción alérgica a estos sea mayor.
La primera vez
En Navidad consumimos alimentos que durante el resto del año no están presentes o son menos habituales, como es el caso del exceso de pasteles y gluten. Si hay niños pequeños en casa es posible que durante las fiestas prueben estas viandas por primera vez.
Ojeda indica que, si el niño no es alérgico a otros alimentos, no es necesario practicar ninguna medida especial, simplemente dárselo a probar a ver si le gusta el sabor.
“Con el gluten sí se debe tener mucha precaución en niños, que ya tienen alergias a algún fruto seco o legumbre, puesto que pueden ocurrir fenómenos de reactividad cruzada”, manifiesta.
Asimismo, aconseja que a los niños que ya son alérgicos a algún alimento “cuando se les den a probar alimentos nuevos, se den primero pequeñas cantidades y se espere un tiempo prudencial (al menos media hora) antes de continuar dándole para ver si la tolerancia es adecuada”.
Consejos
Durante esta época hay que hacer limpiezas más seguido de las alfombras, ya que actúan como reservorio de alérgenos y hay más riesgo de que estos se adhieran porque por lo general, en estos días llegan más personas a visitar el hogar.
También hay que la lavar la ropa de vestir y de cama con agua caliente, para matar los ácaros. Asimismo, es necesario limpiar las paredes y suelos de la vivienda y pasar un paño húmedo a los muebles.
Los hongos también suponen un problema para los alérgicos y este riesgo se incrementa al tener las ventanas cerradas —por el frío—, ya que la exposición a estos es mayor. Además, Ojeda comenta que cuando se introduce en casa un árbol de Navidad natural, este puede tener más de 50 especies de hongos, algunas de ellas alergénicas.
“Si no se ha limpiado el árbol antes, con él puede entrar en el hogar una alta cantidad de esporas y los pacientes alérgicos a ellas pueden notar una agudización de sus síntomas”, recalca. Lo recomendable en estos casos es limpiar el árbol con agua, secarlo adecuadamente y, luego, llevarlo al hogar.
Ojeda aconseja estar atentos a los ingredientes que contienen los menús, postres y otros alimentos que se salen de nuestra rutina.
“Cuando no se esté seguro de si un alimento puede contener un ingrediente ofensor, es mejor no tomarlo”, recomienda