Es un vínculo histórico como artístico, con múltiples publicaciones que presentaron para la eternidad a diferentes autores, quienes crearon relatos de ficción que inspiraron otras facetas y viceversa.
Pero detrás de esos cuentos y versos hay escritores, y los escritores son personas, quienes están sujetos a emociones, éxitos, tragedias o alegrías de la vida misma.
Si bien parecen ser un producto de la imaginación, en realidad esos textos tienen la huella de sus creadores.
Es un elemento más evidente en relatos biográficos como On the Road, de Jack Kerouac; o de alguna manera están escondidos en detalles, como Los Detectives Salvajes, de Roberto Bolaño, con Arturo Belano como álter ego.
O bien en la poesía, probablemente la expresión más vinculada a la intimidad y las emociones. Un ejercicio que tiene una explicación psicológica, que puede ser beneficiosa, y que no tiene que ser exclusiva de la literatura, sino también para las demás personas.
Textos para sanar
La muerte de un ser querido, la salida de un empleo, una mudanza, la muerte de una mascota, una ruptura amorosa… Varias situaciones llevan a una persona a sentir tristeza, algo que tiene explicación, como señala Cristha Lanuza, psicóloga.
“Las emociones ocurren en el cerebro”, explica. “Durante las tragedias está en la tarea de organizarse para comprender lo que ocurre y busca una manera para vivir con lo que ya no está. Ese cambio es difícil”.
Esa sensación de tristeza suele ocurrir por un proceso químico con los bajos niveles de serotonina en el cerebro, mientras que otros neurotransmisores generan esa sensación de malestar.
Es allí donde entra la escritura, una herramienta que utilizan los psicólogos y terapeutas profesiones para ayudar a una persona.
Eso le ocurrió a la escritora Daniela Archila, que a los 17 años y en una tragedia familiar, en la que su madre debió hacerse cargo económicamente de su familia tras el abandono de su padre, encontró en las letras la oportunidad para sanar emocionalmente.
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“Las posibilidades de tan siquiera mantener la vida que teníamos eran nulas y podía percibir, podía ver como mi vida caía a pedazos sobre mí”, escribe.
“Como era de esperarse, una nunca imagina que su padre la abandone, veía a mi alrededor y todos tenían el mismo sentimiento que yo: tristeza”, menciona. “No quería que mi mamá y mis hermanos me vieran llorar entonces como un modo de escape y de canalizar el dolor que yo sentía, empecé a escribir“.
Archila abrió un blog y comenzó a plasmar sus vivencias personales, como lo mal que se sentía. Con cada día que pasaba y se publicaban nuevos relatos, los lectores incrementaron, la mayoría identificándose con sus textos. Eso hizo que la literatura y el periodismo fueran parte de ella.
“Todo lo que escribo me ha ayudado en el plano emocional y me ha permitido encontrarme, la poesía y el periodismo es lo que más escribo y lo que más me ha salvado en la en la vida. Yo no escribo por escribir, yo escribo para dejar de caer en el abismo y eso me da voz y me permite dársela a los demás”, comenta.
Herramienta en una terapia
La expresión a través de la escritura es una vía significativa para que una persona mejore emocionalmente tras un periodo de tristeza.
“Escribir es una de las herramientas que se utiliza en terapia porque ayuda a organizar las ideas“, señala Lanuza. “Permite que el cerebro identifique lo que está sintiendo y ayuda a reorganizarse”.
La escritura, como señala la especialista, es una herramienta que se utiliza en terapia. Advierte que la sanación no será inmediata o completa, pero es un primer paso.
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“Siempre es recomendable la ayuda de un profesional”, dice, “pero a veces, por la situación económica, no es posible. O bien, por falta de confianza, no se habla con alguien más”. Ahí es donde tiene un rol importante escribir.
Eso ocurrió con Archila, que desde entonces mantiene esa estrategia para sentirse mejor. Ya no solo desde un plano personal, sino también en otras áreas.
“Ahora intento visibilizar las cosas que la sociedad ha permitido que se queden de manera permanente como en la clasificación de tabú. Hablo de feminismo, sexo, diversidad sexual, y amor“, afirma. “Todo lo hablo desde la perspectiva de mis propias experiencias porque considero que no hay nada más transparente que compartir mis sentimientos con todos aquellos que también lo viven o lo han vivido y que de alguna manera creen que están solos en esto”.
Ya sea que la escriba la persona misma o que lo lea, esa intimidad que ofrece una página es importante para sanar emocionalmente.
“Escribir ayuda a expresarse y escribir las ideas, superar conflictos, duelos… Son una herramienta valiosa y parte esencial en la terapia”.
Ejercicios para sanar
Entre las actividades de escritura que usted puede hacer para tratar de mejorar en un ámbito emocional, están los siguientes:
- Una carta para un ser querido que falleció. Ayuda para cerrar un circulo y decir lo que se quiere a una persona que ya no está.
- Una carta para alguien con quien se está en conflicto. Puede evitar peleas y permite que los mensajes se expliquen de una mejor manera.
- Un relato para repasar una anécdota. Como un cuento, volver a los hechos de un evento puede ayudar a encontrar los problemas o alegrías que lo marcaron.
- Una carta al niño que uno fue. Es la oportunidad para desahogarse con uno mismo, para saber qué cosas se hizo bien o qué se deben mejorar y tener mejor entendimiento con uno mismo.
- Apuntar todas las emociones. Una lluvia de ideas hace que se quede por escrito lo que se siente y, luego, recordar cómo se sentía uno en un momento específico.
Si bien no es esencial, es recomendable que se escriba a mano y no en una computadora. De preferencia, tener una libreta única para ello, de buena calidad, para que perdure.
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