Salud y Familia

Las mujeres ríen y sufren de modo diferente

Ellas perciben de modo diferente tanto el humor como el dolor, según datos de estudios recientes.

Las mujeres ríen y sufren de modo diferente

Una posible explicación de las diferencias de sexo en la apreciación del humor y en su utilización, es que comparadas con los hombres, las mujeres parecen tener una menor expectativa de la recompensa. (Foto Prensa Libre: Jackson David en Pixabay)

De acuerdo con una serie de investigaciones recientes, las mujeres y los hombres se relacionan de modo diferente tanto con las lágrimas como con las carcajadas. Nadie sabe si estos estudios ayudarán a que ambos sexos nos entendamos más y mejor, pero al menos pueden servir para ponernos de acuerdo en algo: somos incluso más diferentes de lo que pensamos.

Dos trabajos publicados en la prestigiosa revista americana Proceedings of the National Academy of Sciences han mostrado de forma gráfica que las respuestas cerebrales al humor difieren dependiendo del sexo y de la personalidad.

Un equipo del Centro Interdisciplinario de Investigación de Ciencias Cerebrales de la Universidad de Stanford, en California, EE.UU. estudió la respuesta de diez hombres y de diez mujeres mientras revisaban tiras cómicas en blanco y negro.

Ambos grupos mostraron respuestas neurológicas similares y encontraron divertidos los mismos dibujos, pero en las mujeres eran más activas algunas regiones cerebrales, como el córtex prefrontal izquierdo, que está implicado en el procesamiento del lenguaje y de la atención, así como el “núcleo accumbens”, que se encarga de la anticipación y de la percepción de la recompensa.

MENOS EXPECTATIVA DE RECOMPENSA

Una posible explicación de las diferencias de sexo en la apreciación del humor y en su utilización, es que comparadas con los hombres, las mujeres parecen tener una menor expectativa de la recompensa, lo que provoca una mayor actividad en el “núcleo accumbens” cuando aprecian un estímulo recompensatorio, como puede ser una tira cómica.

En un segundo trabajo, el mismo equipo encontró una asociación entre la activación de ciertas regiones cerebrales, el humor y ciertos rasgos de la personalidad, como ser extrovertido, introvertido y tener una estabilidad emocional.

Según los expertos, estos trabajos contribuyen a entender que los hombres y las mujeres perciban el mundo de forma diferente.

Las mujeres no solo parecen diferentes que los hombres ante de los estímulos que les provocan carcajadas de risa, sino además ante las que le causan punzadas de dolor.

Investigadores de la Universidad de Bath, en Gran Bretaña, han estudiado cómo las diferencias de género pueden afectar la percepción del dolor, llegando a la conclusión de que las mujeres sienten más dolor que los hombres, no solo a lo largo de su vida, sino que les afecta a más áreas del cuerpo, más a menudo y durante más tiempo que a los varones.

Sus conclusiones se fundamentan en varios estudios que analizaron la respuesta al dolor en voluntarios expuestos al agua muy fría y a diversos análisis efectuados en hospitales.

DOLOR: FEMENINO Y SINGULAR

Según la doctora Carme Valls, directora del programa Dona Salud y Calidad de Vida del CAPS, el Centro de Análisis y Programas Sanitarios catalán, las enfermedades dolorosas son femeninas y la percepción del dolor es distinta según el sexo.

Según esta experta, el dolor tiene además un componente social y que “esto repercute en el sexo femenino por la doble jornada doméstica y laboral que asume a diario y la sobrecarga que supone, y que esto, unido a la sensación de culpa y la baja estima que se inculca a las mujeres, es lo que propicia la aparición de más dolor”.

Para Valls, el estrés físico y mental acaba produciendo dolor por contracción del músculo trapecio, y está comprobado que un estrés emocional, más frecuente en mujeres, puede generar más dolor que descargar un camión.

También considera que los protocolos clínicos parten de la premisa ideológica y no demostrada de la hipersensibilidad al dolor de las mujeres, aunque la realidad es que la mujer está mejor preparada que el hombre para aguantarlo, desde la menstruación a los partos.

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