El 5 de mayo de 2023 es recordado por la humanidad como la fecha en la que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó el fin de la emergencia sanitaria internacional por la covid-19; es decir, el fin de la pandemia. Sin embargo, ese día no se acabó con el virus SARS-CoV-2 ni tampoco con el uso de las vacunas para prevenir su contagio. Algo similar pasó con la poliomielitis que, si bien el último caso de esta enfermedad en las Américas se reportó en el año 1991, la amenaza continúa y la vacunación sigue siendo una herramienta clave para combatirla. 

Lo anterior demuestra que la vacunación, hasta el día de hoy, no ha dejado de ser relevante, sino más bien, es reconocida como una acción de salud pública que ha logrado reducir el impacto de enfermedades infecciosas transmisibles y mejorar la calidad de vida de la población en general. Según datos de la OMS, las vacunas salvan entre 3.5 y 5 millones de vidas cada año, en el mundo. 

La vacunación va más allá de protegernos contra la influenza, el sarampión, el neumococo o la tosferina, entre otros, y de sus posibles consecuencias graves o hasta de la muerte. Es esencial para prevenir y controlar nuevos brotes de enfermedades infecciosas; es considerada una herramienta de equidad ya que disminuye la desigualdad en la atención de salud y beneficia a aquellas poblaciones más desfavorecidas; mejora la salud e incrementa la esperanza de vida y la productividad de la población. 

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A nivel de salud pública, se le considera una práctica rentable, debido a que disminuye los costos asociados al cuidado de pacientes y al tratamiento de la enfermedad y, por ende, permite un ahorro en la productividad de los servicios de atención. 

Los beneficios y el valor de la vacunación deben verse plasmados en el trabajo conjunto que desarrollamos los diferentes actores del sector, para incrementar las tasas de cobertura vacunal en América Latina y el Caribe, las cuales, en los últimos años, se han visto afectadas por factores como la pandemia por la covid-19, la desinformación, la urbanización, algunos desastres naturales y por el acceso limitado a servicios de atención primaria de calidad en ciertos lugares.  

La vacunación es una estrategia probada. En 1979 logró la erradicación de la viruela a nivel mundial; un hito histórico que refuerza la importancia del uso de las vacunas y responde a la pregunta de muchos de por qué es necesario unir fuerzas para luchar contra las diversas enfermedades infecciosas. 

Líder de negocios senior de la industria farmacéutica *