La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el alcoholismo es una enfermedad crónica, el cual también es un factor de riesgo para desarrollar trastornos mentales o padecer cáncer, diabetes e hipertensión. Asimismo, es una de las causas que inciden en los traumatismos provocados por violencia o accidentes de tránsito.
“Aún existen muchos estigmas hacia las personas que padecen adicciones como el alcoholismo. Se cree que son unos vagos o que simplemente no quieren salir de su problema. Sin embargo, es una enfermedad que afecta a toda la familia, por eso es necesario que todos busquen ayuda”, explicó ayer Luz Helena Llano, terapeuta del Centro Terapéutico Equilibrium, durante El Consultorio, que se transmite por www.prensalibre.com.
Prisioneros
De acuerdo con la terapeuta, el consumo de alcohol altera el estado de ánimo, puesto que es una sustancia que actúa como anestesia sobre las emociones. “La persona se queda detenida en la edad en la que empezó a consumir, no crece ni madura, vive una bancarrota emocional y espiritual, por lo que no tiene oportunidad de sentir nada”, agregó Llano.
Debido a que es muy difícil que el mismo enfermo busque ayuda, la experta comentó que son los familiares y amigos quienes deben informarse en qué consiste el alcoholismo, para luego ayudar el paciente. Esto también se aplica para aquellas familias que tienen algún pariente cercado adicto a cualquier otra sustancia.
“Quien padece de alcoholismo no tiene la mente clara; en ningún momento dirá que necesita ayuda. Tienen que ser los otros miembros de la familia quienes se informen y tomen la decisión. Esto sucede cuando se toca fondo, es decir, cuando surge una consecuencia grave producto de la enfermedad, como un accidente o que el matrimonio está a punto de separarse”, enfatizó Llano.
Paso a paso
El primer paso para enfrentar las adicciones o el alcoholismo es reconocer el problema. Los integrantes de la familia casi siempre inventan excusas ante otras personas o tratan de proteger al alcohólico de las consecuencias de su consumo. “Es importante dejar de encubrirlo para que pueda experimentar en su totalidad las consecuencias del problema”, explicó la terapeuta.
“Informarse y buscar ayuda en los distintos grupos de apoyo, para alcoholismo y otras adicciones, será el paso que toda la familia debe tomar, porque esta enfermedad afecta a todos de diferente manera”, recomendó Llano.
Éxito grupal
De acuerdo con la experta, las estadísticas arrojan que el 90 por ciento de los pacientes que pasan por un programa de rehabilitación de 12 pasos, que incluye terapia familiar y grupal, se mantiene sanos por más de 15 años, sin recaídas. Muchos se recuperan al asistir a Alcohólicos Anónimos.
“La palabra que menos van a escuchar en estos grupos es alcoholismo y drogadicción. Se busca que cada uno se reconecte consigo mismo, lo que permite una limpieza emocional para comenzar una vida positiva y libre de alcohol y otras sustancias”, concluyó Llano.
Señales de alerta
- La persona que comienza a volverse adicta cambia su personalidad. Generalmente se vuelve más callada y se irrita con facilidad.
- Evita las reuniones sociales familiares.
- Es importante tomar en cuenta que estos comportamientos no siempre serán evidentes.
Cómo ayudar
- La terapeuta Luz Helena Llano recomienda utilizar el “amor duro”, que consiste en colocar límites al enfermo. Para lograr que una terapia sea exitosa se necesita de la asesoría de un grupo de apoyo que empodere a toda la familia, puesto que una adicción es un problema que afecta a todo el hogar. Además de límites, también se debe apoyar al adicto a tener disciplina y compromiso con sus metas, a fin de evitar recaídas.
A dónde acudir
- Alcohólicos Anónimos, teléfono de emergencia: 2254-6565.
- Al-Anon y Alateen, teléfono: 22539637.