La mujer también es parte proveedora importante, trabaja al igual que el padre, se forma más a nivel educativo y además los niños crecen en espacios de nuevas estructuras familiares como padres separados o familias ensambladas que hacen que el rol materno y paterno no sea el mismo que en el pasado.
Se tienen nuevos actores sociales representados por una trabajadora doméstica, el apoyo de una guardería y/o la propia madre, suegra o hermanas para desempeñar la crianza, explica un artículo especializado en el tema publicado por la Universidad Nacional de Quilmes en Argentina.
Nissely Herrera, maestra, psicóloga y con certificación por la Asociación de Disciplina Positiva y fundadora de Viviendo en Disciplina Positiva comenta que las parejas pueden hacer acuerdos de crianza respetuosa, en una autoridad firme y amable.
“Cada padre tiene derecho de ir descubriendo en su corazón la crianza que quiere establecer para hacer relaciones sanas y sostenibles”, agrega Herrera. En este punto es indispensable que ya no se trata de un papá que pega y castiga y mamá da la queja, porque el papá merece tener vínculos amorosos con sus hijos y la madre puede ejercer autoridad, en acuerdos de no golpes u otras acciones de castigo.
Los cambios de patrones de crianza
Los patrones de crianza son los que se forman de generación en generación y en la actualidad es importante estar conscientes de aquello que conviene y qué cuestiones tendrían que evitarse o eliminarse en la orientación a las nuevas generaciones.
En una charla en línea organizada por Piedra Santa, el psicólogo Arturo Alejos, explica que los padres deben asumir su responsabilidad, ambos son la autoridad y también líderes y guías de la familia.
En esa dinámica los hijos se convierten en los seguidores del líder y siguen esas normas y hace énfasis en que en casa es donde se establece que es papá y mamá quienes ponen las reglas y tener claro que nunca se les pedirá a los hijos algo que los ponga en peligro o los lastime, lo cual incluye no ofrecerles un premio si siguen las reglas o un castigo sino las cumplen.
¿Qué tipo de crianza se les enseña a los niños? Para comenzar es importante identificar el tipo de padres que se están reflejando si son indulgentes, negligentes, autoritarios o asertivos.
En los negligentes no se tienen reglas, hay descontrol, son condescendientes y en casa es casi seguro que cada uno hace lo que quiere porque no hay corrección. En general esto va a reflejarse en hijos agresivos, mentirosos, desobedientes y a quienes se les dificulta adaptase a lugares con reglas.
También están los indulgentes con pocas exigencias y baja represión, pero mucha afectividad. Aquí están los padres sobreprotectores viendo cómo se le facilita la vida para resolver todo. Esto se traduce en hijos inseguros e incapaces de desarrollar su potencial.
Mientras los autoritarios, por el contrario, tienen una disciplina rígida, imponen metas difíciles de alcanzar, establecen normas inflexibles e influyen en que los hijos sean inseguros, temerosos, débiles y desconfiados. Existe una clara carencia de afectividad hacia los pequeños.
El ideal es llegar a tener una familia funcional y de padres asertivos. Estos padres dedican tiempo a sus hijos, aplican normas claras y exigen su cumplimiento, a la vez que razonan con los hijos de modo afectuoso y también son flexibles.
En este último grupo, los hijos poseen altas capacidades para la vida social y para empatizar con los demás y tienen una elevada autoestima y seguridad en sí mismos, agrega Alejos.
“La familia funcional no significa que sea perfecta porque vendrán dificultades pero tienen herramientas para resolver conflictos”, dice la psicóloga Silvia Segura. Además comenta que es necesario identificar las creencias y heridas de los padres en la niñez para sanar y logra familias más unidas.
La pandemia y los retos para padres
Otro punto esencial en esta formación de los hijos es la oportunidad que trae la pandemia para compatir con ellos y procurar no entrar en pánico porque la prioridad de la pareja es la tranquilidad de la familia, dice Alejos.
Juntos comparten los roles, se convierten en padres por turnos porque mientras uno tiene teletrabajo el otro apoya a los niños.
Quienes están a cargo deben cultivar el autocontrol para evitar más tensión de la necesaria, así como promover las rutinas y obligaciones para el círculo familiar.
Es importante que conozcan la sintomatología de ansiedad provocada por la pandemia en la que que los menores enfrentan. Los niños en edad preescolar, por ejemplo, podría tener regresiones, mojar la cama, chuparse el pulgar, miedo a la oscuridad, así como trastornos del sueño.
Los niños en primaria también podrían presentar síntomas como irritabilidad, agresión, intención de evitar las responsabilidades académicas, poca concentración y alejamiento de los amigos mientras los adolescentes están expuestos a problemas para dormir y comer, agitación, aumento de conflictos y conductas negativas y desafiantes.
Alejos comenta que esto lleva a los padres a ser guías para que los niños y jóvenes tengan el valor de manejar la adversidad, tengan la responsabilidad de cumplir con sus tareas y rindan lo mejor que puedan y de ser resilientes, para que cuando aparezcan inconstencias en su rendimiento sean capaces de seguir adelante, a pesar de los días malos.
Atributos a desarrollar en los hijos ante el covid-19
El psicólogo Arturo Alejos explica puntos esenciales para la enseñanza a niños y jóvenes durante la pandemia, que se convierte en parte de la nueva normalidad dentro de los hogares.
- Flexibilidad mental para aprender a considerar los eventos desde distintos puntos de vista.
- La búsqueda personal de conocimientos y mejoras de su crecimiento personal.
- Automejoramiento para evaluar sus debilidades y trabajen en cambiarlas.
- Un estilo de vida balanceado entre estudio, deporte, relaciones sociales, servicio comunitario y práctica deportiva.