No es ajeno, que el sistema educativo mundial ha enfrentado uno de los retos más trascendentales en la historia, si bien la educación está en constante cambio, este es un cambio evolutivo y no forzado. Así, que a partir del 2020, hemos iniciado una nueva era educativa que nos obliga a romper paradigmas establecidos en el que enseñar, cómo enseñarlo y cuándo hacerlo.
La nueva era educativa nos ha invitado a trabajar en escenarios diversos, en los que el mayor foco es el desarrollo de competencias y habilidades para la vida. Si antes de la pandemia se hablaba de las famosas “habilidades blandas” y su importancia, hoy más que nunca cobran vigencia: la comunicación, el trabajo colaborativo, la autonomía del aprendizaje, la tolerancia a la frustración, el manejo adecuado de las emociones y la salud mental.
Por ello, los educadores debemos enfocarnos en cómo enseñar, a través de nuestros contenidos curriculares, estas habilidades que harán que los niños y jóvenes logren incorporarse con éxito a la vida laboral.
Uno de los grandes descubrimientos dentro de este proceso de cambio ha sido comprender que los contenidos son un medio, y que dentro de la vasta gama de ellos, existen los esenciales y los emergentes, estos últimos pueden cubrirse en otros momentos y circunstancias, dando cabida a lo verdaderamente importante, que es, la formación del ser.
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El alumno de la nueva era es más inquisidor, le encanta indagar, cuestionar, analizar la información que tiene y con ello crear alternativas. Por eso, el pensar en proyectos, emprendimientos y en nuevos idiomas es algo que niños y jóvenes contemplan de manera muy natural; es por ello que los educadores tienen por reto contar con sistemas de enseñanza que incluyan metodologías con las últimas tendencias establecidas en el mundo educativo.
Rompamos nuestras propias barreras y enfoquémonos en desarrollar niños y jóvenes integrales y competentes en un mundo de constante cambio. El cambio llegó para quedarse, es la oportunidad de innovar.
Directora de Compartir Santillana – Centroamérica Norte
Patricia Castro
Hoy más que nunca cobran vigencia: la comunicación, el trabajo colaborativo, la autonomía del aprendizaje, la tolerancia a la frustración, el manejo adecuado de las emociones y la salud mental.