Mientras pensaba que era un problema de una tos no resuelta, no imaginó que le dirían que era un cuadro típico de insuficiencia cardíaca, incapacidad en la cual la sangre no llega a todo el cuerpo.
Los médicos necesitaron determinar qué ocasionaba el problema. Su presión arterial estaba elevada y el hábito de fumar complicaba el cuadro, así que se trabajó en estos aspectos para mejorar su salud y recuperar, en parte, sus actividades habituales.
Buscar ayuda a tiempo le salvó la vida. “En algunos casos los pacientes pasan demasiado con estos síntomas y cuado acuden al médico es tarde y el corazón casi ha dejado de funcionar”, dice el cardiólogo Johnny Fuentes.
Fuentes hace énfasis en que existen tres estadios de insuficiencia, y no se clasifica según los síntomas sino por la función del ventrículo izquierdo mediante ecocardiograma o un ultrasonido.
Estos exámenes no son invasivos y buscan determinar si la función está arriba del 50 por ciento, lo cual se considera normal; o bien si está entre 40 y 50, que representa una función intermedia o menor de 40, lo cual es reducida.
“Este último estadio es el más peligroso porque un mayor porcentaje de personas muere cuando ya está en este cuadro”, dice Fuentes. Esto último es porque Guatemala todavía no cuenta con la tecnología de otros países que buscan soluciones, las cuales llegan incluso al trasplante de corazón, que en este punto podría darle nueva oportunidad de vida al paciente, agrega el especialista.
Causas: Enfermedades sin control y la relación con el cáncer
Frente a cualquier síntoma es necesario darle seguimiento médico.
Como se menciona antes, entre los síntomas están la falta de aire. “En otras personas se presenta hinchazón de piernas y pies”, agrega Javier Falla, cardiólogo clínico e intervencionista.
Además, están los latidos del corazón irregulares, falta de apetito y aumento de peso por retención de líquidos, entre otros.
La insuficiencia tiene distintas causas. La Clínica Mayo refiere que se manifiesta en especial después de otras afecciones que hayan debilitado el corazón, entre ellas un infarto o ataque.
Esto podría ser de lo más fuerte por los daños que representa para este órgano.
En ocasiones el paciente piensa que esto es solo un dolor abdominal y no consulta, y en este tiempo se deteriora más parte del corazón y queda una falla cardíaca.
El médico Falla también explica que las enfermedades crónicas sin control como diabetes e hipertensión figuran como responsables.
No se pueden dejar de mencionar como causas infecciones graves, reacciones alérgicas, coágulos sanguíneos y el uso de medicamentos.
Fumar también está relacionado. “No es que el cigarrillo provoque la falla cardíaca sino que es una de las principales causas de cardiopatías e infarto, y al no abandonarlo aumenta las probabilidades de la insuficiencia y otras complicaciones”, agrega Fuentes.
Los médicos insisten en el seguimiento de los pacientes con cáncer.
Un estudio efectuado por Clínica Mayo demostró que las mujeres tratadas por cáncer de mama o linfoma tienen mayor riesgo de padecer insuficiencia.
Se analizaron los datos del Proyecto Epidemiológico Rochester, con participantes que recibieron el diagnóstico de la enfermedad entre 1985 y 2010, a quienes compararon con participantes sin cáncer de la misma edad que presentaban factores de riesgo similares.
En los resultados se encontró que cinco años después el riesgo fue tres veces mayor para quienes eran sobrevivientes de cáncer y recibieron tratamiento con antraciclinas. La recomendación es llevar un seguimiento con cardiólogo y oncólogo para reducir el daño cardíaco.
Luz Emilia Reyes, en el canal costarricense Lo importante de la vida, comenta más de su experiencia como sobreviviente del cáncer y de su insuficiencia cardíaca.
El mal de Chagas
En Guatemala se suma una causa más para desarrollar la insuficiencia cardíaca, y es la picadura de la chinche que transmite la enfermedad de Chagas, dice el médico Fuentes.
La enfermedad de Chagas es también llamada tripanosomiasis americana. Es un padecimiento potencialmente mortal causado por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi.
Se encuentra en cerca de 21 países de América Latina, donde se transmite a los seres humanos, principalmente por las heces de insectos conocidos como vinchucas, chinches, chinches picudas o con otros nombres, según la zona geográfica. La infección también se puede adquirir mediante transfusión de sangre y transmisión congénita (de la madre infectada a su hijo).
Los síntomas pueden ser fiebre, dolor de cabeza, agrandamiento de ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultad para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico en la fase aguda y trastornos cardiacos y alteraciones digestivas.
Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita o insuficiencia cardíaca por la destrucción progresiva del músculo del corazón.
Se estima que el 30 por ciento de las personas que superaron la fase aguda y no recibieron tratamiento específico sufrirán daño cardíaco o digestivo 10 a 20 años después de haber contraído la enfermedad, mientras que los demás permanecerán asintomáticos de por vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que cerca de siete millones de personas están infectadas por este insecto.
La picadura de este animal podría desarrollar la enfermedad hasta 20 años después.
En Guatemala, parte de la zona más afectada es el oriente; “la chinche se encuentra, sobre todo, en construcciones de adobe y en lugares con clima caliente”, agrega Fuentes.
El médico aconseja medidas de prevención. Esto sería por medio de fumigación, también ayudará mejorar la infraestructura de los hogares y mantener los ambientes limpios y ordenados.
En junio último, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de Guatemala informó que el país está libre de uno de los vectores que causan la enfermedad conocido como Rhodnius prolixus.
En esa ocasión las autoridades sanitarias nacionales comentaron que continuarán con la vigilancia del entorno epidemiológica para el control de la enfermedad, la cual también es transmitida por el vector de origen autóctono llamado Triatoma dimidiata (reportado en 21 de los 22 departamentos del país).
Tratamientos
Al diagnosticarse insuficiencia es necesario dar un seguimiento. Una de las reglas es seguir los tratamientos y, aunque se sienta bien, no interrumpir los medicamentos recetados, ya que esto podría provocar crisis de salud.
Las medicinas ayudan a que el corazón trabaje mejor, evitan formación de coágulos y reducen riesgos, dicen los especialistas.
Fuentes agrega que existen algunos dispositivos que se implantan en el corazón, que podrían ayudar al paciente. También están los de soporte ventricular.
Mientras se lleva el tratamiento, se sugiere una vida con hábitos saludables en la cual se cuide la alimentación y se mantenga peso adecuado, así como control de la presión arterial y niveles de azúcar en la sangre.
El acompañamiento de un nutricionista es básico. El médico podría limitar la cantidad de sal que consume.
Como parte del tratamiento se podría sugerir rehabilitación, para que el paciente permanezca activo y recupere en parte su vida, lo más normal a como la llevaba antes de ser diagnosticado.
Recomendaciones
La Sociedad Española de Cardiología también orienta sobre algunos puntos indispensables en el diario vivir de los pacientes con esta afección.
- Pesarse a diario antes, a la misma hora, antes de alimentarse. Reportar cualquier cambio de peso, en especial de los aumentos. Podría estar reteniendo líquidos.
- Controlar los factores de riesgo como colesterol, hipertensión, diabetes, tabaquismo y obesidad.
- Llevar una alimentación equilibrada monitoreada por un especialista. Evitar comer sal, aumentar el consumo de frutas y vegetales y reducir las grasas.
- Evitar el cigarrillo y el consumo de bebidas alcohólicas.
- El médico especialista indicará el tipo y cantidad de ejercicio que se debe practicar. Consultar sobre cómo reanudar la vida sexual, si se había interrumpido.
- Nunca abandonar el tratamiento médico. Llevar un seguimiento de los horarios para los medicamentos.
- Si se olvida tomar un medicamento, no doblar la dosis, a menos de que el médico lo indique.
Fuentes: Johnny Josué Fuentes Fuentes, médico internista, cardiólogo e intervencionista, teléfono 2441-5271. Javier Falla, cardiólogo clínico e intervencionista, teléfono 2250-0518. Mayo Clinic. Sociedad Española de Cardiología. Organización Mundial de la Salud.
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