“El 15% de las parejas en edad reproductiva sufre problemas de fertilidad. Es decir, una de cada siete parejas es infértil. La edad reproductiva de una mujer es entre los 18 y 35 años, y los hombres entre los 18 y 50”, comenta Luis Pedro Rossal, médico especialista en reproducción asistida.
Se habla de infertilidad cuando la pareja, después de 12 meses de tener relaciones sexuales sin protección, no logra concebir. El tiempo es relativo y dependerá de la salud de cada pareja, ya que en mujeres que tienen alguna patología ginecológica, como síndrome de ovario poliquístico o alteraciones de menstruación, entre otros, o que tenga más de 35 años, les será más difícil embarazarse. También cuando el hombre tiene algún problema en su salud, por lo que el tiempo cambia a 6 meses.
Además, en algunos casos, es posible que las mujeres puedan quedar embarazadas, pero no puedan sostener el embarazo.
Para que se entienda de mejor forma la infertilidad, es importante recordar que el embarazo es el resultado de un proceso que tiene muchos pasos.
- El cuerpo de una mujer debe liberar un óvulo de uno de sus ovarios (ovulación).
- El óvulo pasa por una de las trompas de Falopio hacia el útero (la matriz).
- En el trayecto, el esperma de un hombre debe unirse (fertilizar) al óvulo.
- El óvulo fertilizado debe fijarse en el útero (implantación).
Por lo tanto, la infertilidad ocurre cuando hay un problema en alguno de estos procesos.
¿Es un problema específico de la mujer?
La forma en como se trata la infertilidad ha evolucionado. En años atrás, era considerado un tema tabú, pero fue en el 2010 que la Organización Mundial de la Salud la declaró una enfermedad. Además, antes se hablaba del tema como “manejo de la mujer infértil”, pero conforme se ha avanzado en las investigaciones, los especialistas han valorado la importancia del varón en la investigación, por lo que hoy se habla del “manejo de la pareja infértil”.
Según Rossal, el 40% de las causas de la infertilidad es de origen femenino, el 40% de origen masculino y el 20% es combinado.
La mayoría de los casos de infertilidad en las mujeres están relacionados con problemas en la ovulación. Es decir que no hay óvulos para fecundar. Los problemas de irregularidad menstrual o no tener un ciclo menstrual son síntomas de que la persona no está ovulando normalmente.
Los problemas de ovulación pueden ser consecuencia del síndrome de ovario poliquístico, que consiste en un desequilibrio hormonal que interfiere con la ovulación normal, y es una de las causas más comunes de infertilidad. También la insuficiencia ovárica prematura, que ocurre cuando los ovarios dejan de funcionar normalmente antes de los 40 años. Es importante aclarar que esta enfermedad no es lo mismo que la menopausia, de acuerdo con Juan Francisco Solares, ginecólogo.
Las alteraciones en el ciclo menstrual, como la oligomenorrea, cuando la menstruación ocurre en intervalos de 36 a 90 días, o la amenorrea, que ocurre cuando las mujeres tienen un retraso de mínimo tres períodos menstruales, son causas de infertilidad. También la obstrucción de las trompas de Falopio por endometriosis, enfermedades inflamatorias e infecciosas en la pelvis y fibromas uterinos, que son masas no cancerosas de tejido y músculo ubicadas en las paredes del útero.
El factor masculino se evalúa a través de un análisis de espermograma, donde se valora el volumen seminal, la concentración de espermatozoides por mililitro, los porcentajes de movilidad espermática, de formas normales y el de espermas vivos. También se puede valorar si existen indicios de infección. “El examen nos orienta a qué es lo que está mal y debemos prestar atención para lograr el embarazo. Para lograrlo, nos apoyamos con un urólogo”, menciona Rossal.
Entre las causas más frecuentes de infertilidad en los hombres está el varicocele, un problema que se produce cuando las venas de los testículos son demasiado grandes, lo cual afecta en la cantidad y forma del esperma. Además, existen otros factores que provocan la poca producción de espermatozoides, como lesiones testiculares, cáncer testicular o contraer paperas después de la adolescencia y no seguir el tratamiento correspondiente puede causar problemas en la producción de espermatozoides.
Factores de riesgo
Existen muchos factores, tanto para hombres como mujeres, que pueden afectar su salud y la capacidad para tener un bebé, por ejemplo, el consumo de alcohol en exceso, drogas, fumar, altos niveles de estrés, enfermedades de transmisión sexual y tratamientos por cáncer. En las mujeres, tener sobrepeso o bajo peso, o problemas de salud que provocan cambios hormonales pueden influir en la capacidad de embarazarse.
Un factor de riesgo importante, sobre todo en las mujeres, es la edad, ya que a medida que pasa el tiempo, la cantidad y calidad de los óvulos van en declive, a un punto en que podrían influir en la salud de los embriones. “Pocas mujeres saben que al nacer tienen entre un millón a dos millones de óvulos y que conforme van cumpliendo años este número disminuye. Incluso, se estima que, para los 37 años, aproximadamente a la mujer le quedan solo 25 mil óvulos por producir”, explica Rossal.
Por lo tanto, es importante que hombres y mujeres mantengan un estilo de vida saludable, lo cual implica comer bien y hacer ejercicio, para tener mejores condiciones para lograr una gestación. Las mujeres, además, deben cuidarse para no solo lograr un embarazo, sino terminarlo, y así lograr el objetivo de tener a un bebé. Es vital que ambos acudan a chequeos médicos constantes para tener un control de su salud y si se presenta un problema, tratarlo a tiempo.
¿Cuáles son los tratamientos ante la infertilidad?
Los tratamientos más comunes y cotidianos para tratar la infertilidad son los de baja complejidad. Es decir, que la fecundación se da en la trompa de Falopio, como un ciclo fisiológico, por medio de procesos de estimulación de la ovulación para que las relaciones sexuales en casa generen el embarazo de forma natural.
También se puede subir el nivel de complejidad y por medio de tratamientos lograr que el ovario produzca folículos y se pueda controlar el proceso de ovulación, para realizar coitos programados o controlar para que las parejas tengan relaciones en momentos que coincidan oportunamente con la ovulación.
La inseminación artificial, considerada de baja complejidad, consiste en la estimulación de los ovarios para provocar el desarrollo de folículos y en vez de que la pareja tenga relaciones sexuales, el hombre da una muestra de esperma en el laboratorio para que el especialista coloque una muestra seminal intrauterina, previamente capacitada en el laboratorio.
“El 70 por ciento de los casos de infertilidad, si la mujer consulta antes de los 35 años, podrían resolverse por medio de estos tratamientos”, afirma Rossal. Después de esta edad se disminuye la cantidad de los folículos y baja la calidad de los óvulos, por lo que se recomienda el uso de tratamientos de alta complejidad. Su denominación es debido a que la fecundación se da dentro del laboratorio.
Uno de los tratamientos es la fecundación in vitro, que consiste en que varios óvulos recuperados de los ovarios, se colocan en un medio de cultivo con los espermatozoides para ser fecundados en un ambiente controlado fuera del cuerpo humano. Los óvulos fecundados son colocados en el útero de la mujer para esperar una exitosa implantación y el desarrollo del embarazo. Los tratamientos de ICSI, consisten en la inyección de un espermatozoide dentro del citoplasma del óvulo.
Realizar uno u otro método de fecundación in vitro dependerá de la cantidad y calidad de los óvulos, así como también de las condiciones del semen el día que realiza el procedimiento en el laboratorio.
“Lo innovador, actualmente, consiste en los tiempos en que se hace el cultivo. Cuando se inició estos tratamientos se hacía en la trompa de Falopio, luego los embriones se colocaban en el día dos. Después del año 2000 se hizo transferencias de embriones en el día 3, lo cual elevó las posibilidades de embarazo. En el 2013 comenzaron los protocolos para transferir embriones en día 5. Hacerlo en el periodo más avanzado que se pueda es lo que todo laboratorio desea, pero dependerá mucho de las condiciones del lugar”, declara Rossal.
Lo más novedoso últimamente es el diagnóstico genético del embrión. Cuando se tiene un embrión altamente desarrollado, se podría tomar 5 células y hacer un diagnostico genético para determinar cuál es el embrión cromosómicamente sano, que tendría la máxima posibilidad de lograr un embarazo.
Infertilidad y covid-19
Muchas parejas, debido al covid-19, suspendieron sus tratamientos de fertilidad o pospusieron sus citas de diagnóstico. Sin embargo, los expertos indican que al tomar en cuenta los factores que pueden impactar de manera positiva o negativa un tratamiento de infertilidad, podrían consultar a su especialista si pueden continuar.
Debido a que esta pandemia continuará durante un tiempo indefinido y, tomando en cuenta que la infertilidad es una enfermedad y la medicina reproductiva es un servicio esencial, las clínicas han decidido reiniciar con sus actividades y tratamientos de fertilidad, manteniendo una vigilancia sumamente estrecha y tomando medidas estrictas para reducir riesgos para sus pacientes y su personal, tales como:
- Antes de comenzar con un tratamiento de alta o baja complejidad, la pareja debe someterse a una prueba RT-PCR que ayuda a determinar si los pacientes tienen el virus.
- Toma de temperatura antes del ingreso a las instalaciones.
- Adecuada desinfección del calzado en alfombras al ingresar a la clínica.
- Uso estricto de cubrebocas y gel antibacterial durante todo el tiempo que dure la visita en la Clínica.
- Aplicación de cuestionarios para corroborar que los pacientes no han estado en contacto con personas con el virus.
- Guardar el distanciamiento social recomendado, a través de disminuir el volumen de pacientes, espaciando adecuadamente las consultas.