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Para los niños, el descanso es un factor muy importante que permitirá mantener una buena salud física y mental, así como un adecuado desarrollo. El descanso es tan importante y necesario como la actividad física. Si no se descansa lo suficiente no existirá un descanso de calidad y esto podría afectar procesos como la atención, la memoria, la capacidad de aprendizaje, además puede provocar mal humor, irritabilidad, problemas de comportamiento y debilitar el sistema inmunológico.
La fatiga
La realización de actividades provoca un consumo de nutrientes en el cuerpo humano, se gasta energía y se acumulan los desechos a nivel muscular y sanguíneo, esto provoca fatiga que afecta a los músculos y al organismo en general.
El desgaste del cuerpo debe recuperarse a través de la reposición de nutrientes y del descanso, especialmente del sueño, de lo contrario repercutirá negativamente en el estado general del organismo e interferirá en la correcta coordinación de las distintas áreas cerebrales que rigen la conducta.
Clases de descanso
El descanso es un tiempo de recuperación, significa tomar una pausa en una actividad para reponer fuerzas y continuar o cambiar de actividad.
El sueño
Es una de las formas de descanso. Es una función fisiológica básica para el ser humano en todas sus etapas. El organismo se repara a sí mismo a través de los períodos de sueño, secreta hormonas, consolida el aprendizaje y la memoria.
El sueño está ligado a la actividad, a mayor actividad física, más necesidad de descanso se tendrá. En el caso de los niños, su proceso de desarrollo exige más movimiento, debido a ello requerirán más tiempo de sueño para recuperar sus fuerzas.
Un adulto utiliza en promedio un tercio del día para dormir y recuperar fuerzas, un recién nacido duerme casi todo el día y a medida que crece, disminuye sus horas de sueño.
De manera general, resulta normal que los niños duerman menos tiempo del que necesitan, esto es algo que afecta su desarrollo y su rendimiento diario. De acuerdo con su edad, los niños deben tener las siguientes horas de sueño diarias:
- Lactantes: 16 a 18 horas.
- 1 a 2 años: 16 a 14 horas.
- 2 a 4 años: 14 a 12 horas.
- 4 a 8 años: 12 a 11 horas.
- 8 a 10 años: 11 a 10 horas.
- 10 a 13 años: 10 a 9 horas.
La siesta suele verse como indispensable en algunas etapas de la infancia porque permite a los niños estar más tranquilos, menos irritables, más atentos y con más energía para realizar sus actividades. La siesta elimina el cansancio y favorece el buen humor. El tiempo de la siesta dependerá de la edad que el niño tenga. Sin embargo, una siesta muy larga a partir de los cinco años parece estar relacionada directamente a problemas de excesiva somnolencia diurna y a la fatiga.
La relajación
Durante el día, los niños pueden descansar a través del juego libre. La inactividad o actividades relajantes pueden contribuir a bajar los niveles de estrés y fatiga, esto estimula las capacidades cognitivas y sociales, además de contribuir a tener buena salud mental y emocional. Aquí se incluyen tiempos en los que el niño pueda moverse, cantar, imaginar, hablar y bailar de manera libre o haciendo sus actividades favoritas.
Esta relajación no es exclusiva del período vacacional del niño, durante el ciclo escolar se recomienda que tenga este tipo de actividades para mejorar su rendimiento escolar.
Entre las actividades que se recomiendan están las siguientes: practicar algún deporte, jugar de manera libre, realizar actividades artísticas y ver televisión (con medida), entre otras. Se recomienda buscar alguna actividad que el niño disfrute, de esta forma se logrará relajar. Esto está muy ligado a las características de personalidad de cada individuo. Para escoger la actividad adecuada, se deben tomar muy en cuenta sus gustos y la edad del niño.
Es importante adquirir y conservar patrones de descanso adecuados, esto significa definir el horario para dormir y cumplirlo. Los niños que se acuestan tarde y se levantan temprano tienen menos horas de sueño, esto repercute de forma negativa en su rendimiento académico.
La realización de actividades físicas extraescolares tiene grandes beneficios para los niños y favorece el desarrollo de patrones de descanso adecuados. Sin embargo, se ha establecido que esta debe ser moderada, entre 2 y 5 horas a la semana.
Descansar y dormir poco tiene un impacto negativo en el desarrollo infantil, comportamiento y rendimiento académico. Son cruciales para el bienestar futuro de los niños. Incluso llega a afectar la dinámica y la calidad de vida familiar.
Es importante que los padres tomen cartas en el asunto, se informen sobre la importancia del descanso y del sueño reparador y compartan esa información con los integrantes de la familia. Para iniciar, puede realizarse lo siguiente:
- Diseñe, establezca y mantenga una rutina para acostarse a dormir a una hora específica.
- Limite paulatinamente la actividad física de alta potencia en los niños por lo menos dos horas antes de la hora de acostase. Pueden realizar actividades de menor esfuerzo como una caminata de 30 minutos.
- Permita ver televisión o usar la computadora hasta por lo menos una hora antes de ir a dormir. De ser posible, seleccione películas o programas sin violencia.
- Supervise que beban leche o líquidos saludables, sin azúcar, antes de dormir.
- Promueva la práctica de alguna actividad de relajación antes de dormir.
El descanso y el sueño reparador contribuyen a alcanzar los resultados esperados en los estudios. Durante el sueño ocurre un proceso neuroquímico que fija el conocimiento adquirido y logra formar parte de las estructuras cognitivas del cerebro, esto evidencia que es necesario prestar atención a que se cumplan los períodos de descanso y sueño necesarios tanto para niños, adolescentes y adultos.
Fuentes: Edith Manzano, Psicopedagoga; Patrones de descanso y rendimiento académico en niños de primaria, Universidad Autónoma de Barcelona, Ramon Cladellas, Clariana Muntada, Mar Badia Martín y Teresa Dezcallar; Sueño en escolares y adolescentes, su importancia y promoción, Patricia Masalán, Revista chilena de pediatría.
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