¿Pero qué hacer si hacen berrinche para comer?
Sobre todo, hay que mantener la calma. “Es completamente normal que los niños no quieran comer algunos alimentos. Los pequeños rechazan sobre todo aquellos que aún no conocen“, señalan los expertos de una iniciativa en Alemania.
Recomiendan insistir. Algunos niños deben probar un alimento varias veces u observar cómo lo comen los padres.
Asimismo, se puede probar con algunos trucos. Por ejemplo, cortar y utilizar zanahorias, pepinos y demás verduras y frutas de forma lúdica y atractiva: con las verduras se pueden formar caras sobre el pan, y en el plato se pueden armar diferentes dibujos.
También con nombres nuevos pueden volverse la coliflor o la espinaca más atractivas para los pequeños. “Por ejemplo, al brócoli se le puede decir ‘arbolitos‘ y a las zanahorias, ‘narices de muñeco de nieve’“, proponen.
Otro consejo es procesar los alimentos que los niños rechazan. Escondidas en jugos o batidos, las frutas y las verduras se ven muy diferentes a su forma original. Y quizá así, un poco ocultas, sean comidas o bebidas mejor.
Por cierto: si tiene la sensación de que el niño come demasiado poco, eso puede deberse a la comparación con las porciones claramente más grandes de los adultos.
Los expertos apuntan la siguiente regla: una porción de carne para un niño debe corresponderse con el tamaño de su mano. En el caso de verduras, legumbres o guarniciones, como papas o pasta pueden ser dos puñados del niño.