El padecimiento afecta con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres, de 20 a 40 años, y entre los síntomas más comunes se encuentran la fatiga, la debilidad, problemas de equilibrio, pérdida de la vista, temblores ydepresión.
Las causas no se conocen con exactitud, sin embargo, es muy probable que sean de origen autoinmune, lo que significa que el daño al nervio es causado por inflamación, lo que provoca que las células del cuerpo ataquen el sistema nervioso, y dañen cualquier área del cerebro, el nervio óptico o la médula espinal.
Hay diferentes tipos de esclerosis:
- Remitente recurrente: caracterizada por ataques (recaídas) con empeoramiento de la función neurológica, seguidos de periodos de remisión en los que el paciente se recupera parcial o completamente.
- Secundaria progresiva: caracterizada por el empeoramiento gradual de la función neurológica (acumulación de discapacidad permanente) entre recaídas.
- Primaria progresiva: los síntomas gradualmente empeoran con el tiempo, en lugar de aparecer como ataques súbitos.
Diagnóstico es clave
“El diagnóstico temprano puede ser decisivo para retardar la progresión de la enfermedad y lograr que el paciente tenga una mejor calidad de vida por más tiempo. Lamentablemente, aún no existe una cura para la esclerosis múltiple, pero si hay disponibles diferentes terapias que pueden alterar la preogresión de la enfermedad, mejorar los síntomas y reducir los riesgos de recaídas (aparición de nuevos síntomas o exacerbación de los existentes)”, explicó el neurólogo Alejandro Díaz.
Una vez realizado el diagnóstico, hay cuatro medidores clave de la actividad de la enfermedad: la primera es la reducción de volumen cerebral, que aparece de tres a cinco veces más rápido en personas con esclerosis múltiple comparado con personas sin la enfermedad.
Este factor está relacionado con la pérdida de la función física y cognitiva, y puede ser predictiva de la discapacidad del paciente con el paso del tiempo. Además, se consideran las lesiones visibles en la resonancia magnética, las recaídas y la progresión de la discapacidad.
Tratamientos
Actualmente, existe una terapia oral de una toma al día, modificadora de la enfermedad para la esclerosis múltiple remitente recurrente, con una alta eficacia en los cuatro parámetros claves de la progresión de la enfermedad: recaídas, lesiones, perdida de volumen cerebral y discapacidad por la enfermedad. Esto se conoce como NEDA4 (siglas en inglés de No Evidence of Disease).
Otra terapia medicamentosa es la de Interferón beta-1b, la cual consiste en una solución inyectable que se administra en pacientes que experimentan los síntomas por primera vez, cuando existe un diagnóstico de esta afección y un riesgo alto de recaídas.
En este link se puede encontrar historias de pacientes de diferentes latitudes, que enfrentan desafíos similares, que se convierten en ‘blogueros’ y abordan temas diversos que van desde la crianza de los hijos, recomendaciones para facilitar tareas diarias, hasta nuevos avances científicos sobre la esclerosis múltiple.