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Las pruebas mostraron mejoría en la actividad cerebral de los pacientes, evidenciando que las partes afectadas del cerebro por la depresión pueden “reiniciarse”, y traer alivio.
En el estudio se suministró 10 milímetros de psilocibina a una veintena de personas con depresión severa. A la semana siguiente la dosis fue de 25 milímetros.
Una semana después de la segunda toma, los pacientes señalaron sentirse mejor. Cinco semanas más tarde, diez presentaron un estado de ánimo más favorable.
Todo el proceso fue verificado por medio de tomografías del cerebro realizadas antes y después del tratamiento. En las imágenes se observa un flujo sanguíneo menor en la parte del cerebro donde se procesan y almacenan las reacciones emocionales, la amígdala. La actividad cerebral se registra como normal.
Este es primer estudio que se realiza sobre los efectos de la psilocibina con escáner y pacientes reales. Sin embargo, los científicos reconocen que la muestra fue pequeña y que el uso de la sustancia debe efectuarse con cuidado, y en un futuro quizá permita tratar la enfermedad lejos de los antidepresivos.