En esta edición, se incluye, algunos ejemplos de escenas que pueden generar caos, pero también se ofrecen consejos para “sacar la pata” el día o días después.
Así que, la recomendación es no entrar en pánico. Aún cuando haya cruzado la delgada línea que separa el decoro del papelón, hay algunos trucos para superarlo.
Hace el ridículo
Muchas fiestas del trabajo terminan con un segmento de baile.
Mientras algunos colegas se quedan al borde de la pista tímidos y expectantes, otros se lanzan a ser el centro de atención.
¿Dónde sino emular el moonwalk de Michael Jackson o los movimientos de cadera de Shakira? Sin embargo, lo que se ve bien en los videos musicales no necesariamente es lo más adecuado para la fiesta.
Si esto le pasó, y se dio cuenta por las grabaciones que le hicieron sus amigos con el celular y siente que se vio un “un poco mal” o exagerado en sus movimientos, no hace falta disculparse al otro día con todos, a menos que haya incomodado a alguien.
Si esto no ocurrió, el mejor consejo es saber soportar estoicamente ser la comidilla de los demás al otro día. Puede tomarlo de la mejor manera, y reírse de usted junto con sus colegas.
Beber de más
Una de las constantes en las fiestas de fin de año es el alcohol.
Si usted bebió de más, lo más probable es que haga algún tipo de papelón y como dice el dicho, “es mejor prevenir que lamentar”. Por eso, calcule hasta cuánto logra beber sin perder sus sentidos, es decir, conozca sus límites. Beba siempre y cuando, aún con el alcohol en su organismo, usted actúa de tal manera que no tenga de qué arrepentirse por lo que diga o haga.
Si se excede con el alcohol, lo mejor que puede hacer es ir a casa y evitar mayores escándalos.
Si al otro día nota que es tema de conversación de los demás, lo mejor es aclarar que fue un desliz y que no volverá a repetirse para no quedar en el recuerdo como el “borrachín” de la empresa.
De quién habla
El alcohol no sólo reduce las inhibiciones, sino que afloja la lengua. Por eso, no es raro que uno esté criticando al jefe o burlándose de un colega para descubrir, poco después, que estaba de pie detrás de uno.
Cambiar de tema rápidamente no sirve de mucho. Lo mejor es encarar la cuestión de entrada y hacerse cargo de la situación en ese mismo momento, y no al día siguiente.
Cariños de más
Terminar a los besos con alguno de los colegas, a la vista de todos, es una situación embarazosa.
Un beso no significa necesariamente que nació un gran amor, y menos en una fiesta de fin de año. Pero si cede a la tentación, el día siguiente en la oficina puede ser especialmente difícil. En estos casos, lo mejor es actuar al día siguiente como si nada y hablar con la persona involucrada.
Qué confianza
Las fiestas son momentos ideales de conocer mejor a las personas con las que en general no se tiene mucha relación. Incluso representan una oportunidad de hablar de forma más relajada con los superiores. Pero hay que tener cuidado con no sentirse demasiado cómodo y terminar tratando de “tú” a colegas que deberían ser tratados de usted.
Si se le escapó un “tú” y nota incomodidad en su interlocutor, pase rápido al “usted”. En cuanto al jefe, debe ser él quien ofrezca tratar de “tú”, y no al revés.