Las factores más comunes que los desencadenan son hipertensión arterial, dislipidemia —elevación de los niveles de lípidos en la sangre: colesterol, triglicéridos, colesterol HDL y LDL—, diabetes —que provoca vasoconstricción periférica y cerebral—, migraña vascular, vasculitis —enfermedad que causa severa inflamación en los vasos— y multiinfartos —pequeños infartos a nivel cerebral—, explica el médico y neuropsiquiatra Eddy Monge.
Los más proclives a padecerlo son mayores de 35 años, y la morbimortalidad más alta es en casos de hombres. Sin embargo, en los últimos años individuos menores de 35 años han estado propensos a desarrollar insuficiencia cerebrovacular, conocida como “prederrame” o amenaza de ACV, al estar expuestos a niveles altos de estrés, síndrome de fatiga crónica, estrés postraumático o depresión.
Síntomas
Es importante actuar ante los primeros síntomas de ACV. Entre estos están dolor de cabeza constante y/o intenso, o en la región de la nuca que no se alivia con analgésicos, visión doble o borrosa, acúfenos —zumbido en oídos—, mareos, desmayos, decaimiento, irritabilidad o adormecimiento de la cara o extremidades.
Por lo general, este se diagnostica con exámenes clínicos, tomografía cerebral, angioresonancia nuclear magnética y doppler transcraneal.
Tratamiento
Antes se creía que cuando ocurría un ACV no se podía rehabilitar al paciente de secuelas como parálisis de extremidades o ceguera. Sin embargo, una investigación del Instituto Salk de Estudios Biológicos de San Diego comprobó que las neuronas no mueren sino que permanecen en estado de hibernación después de un ACV.
Monge comenta que ha resultado eficaz un tratamiento de neurogénesis para activar, regenerar y proteger a las neuronas, que consiste en combinar neuroesteroides, activadores neuronales y células madre. Según el médico y con base en los pacientes que ha tratado desde el 2013, el 89 por ciento de ellos ha mejorado sus lesiones en vasos cerebrales y crisis isquémicas transitorias en cien por ciento, y se han recuperado de las secuelas de ACV en 85 por ciento.
Este tratamiento también se está empleando para tratar alzhéimer, párkinson, neuropatía diabética, migraña vascular y epilepsia.
Monge destaca que es fundamental acudir al médico entre las 24 y 48 horas de haberse manifestado los síntomas de insuficiencia cerebrovascular, para mejor pronóstico, puesto que constituye una urgencia neurológica.
