Sin embargo, no siempre es posible saber inmediatamente si solo se golpeó la cabeza o si también se lesionó el cerebro. Por ello, los padres deben observar a sus hijos durante 24 horas y no dejarlos solos, aconseja la Fundación Alemana del Cerebro.
Esto se debe a que los síntomas de una conmoción cerebral, es decir, un traumatismo craneoencefálico leve, puede desarrollarse con retraso incluso al cabo de unas horas. Por ejemplo, cuando los escasos hematomas bajo el cráneo aumentan lentamente de tamaño y presionan el cerebro.
Si tras una caída el pequeño se muestra confuso, desorientado o inconsciente durante un periodo de tiempo prolongado, vomita o no reacciona correctamente, hay que actuar con rapidez.
Las convulsiones y los déficits neurológicos como parálisis, alteraciones de la visión, el habla o el olfato también son señales de alarma. Los padres deben llevar inmediatamente al niño a una guardia de urgencias.
Normalmente, se puede dar el visto bueno si vuelven a jugar con normalidad después del susto y no muestran ninguna anomalía. Pero incluso entonces, los padres deben seguir observando a su hijo.
Asimismo, hay que vigilar a las personas mayores si se golpean la cabeza en una caída. Los adultos mayores se caen más rápido y son más susceptibles de lesionarse. Debido a enfermedades preexistentes, como hipertensión o diabetes, tienen vasos sanguíneos más sensibles, también en la cabeza.
Además, los medicamentos que suelen tomar las personas mayores para inhibir la coagulación de la sangre pueden hacer que incluso pequeños impactos en la cabeza desencadenen una hemorragia cerebral.
