“Aunque no hay una regla, los neonatos —nombre que reciben los bebés durante sus primeros 29 días de nacimiento— generalmente pasan todo el tiempo dormidos; solo despiertan para comer”, indica Mario Herrera Castellanos, pediatra y neonatólogo.
Los padres deben tomar en cuenta que existen factores que hacen que los bebés no puedan tener un sueño placentero. “La alimentación y las alteraciones ambientales —ruidos y cambios de temperatura— son las principales causas de que el niño se despierte y llore, porque es la única forma en la que se puede expresar”, destaca la pediatra Cindy Rodríguez.
Lograr un buen ciclo de sueño es importante, ya que le ayuda al bebé en el desarrollo de sus conexiones neuronales y su desarrollo cerebral. En esta edición se incluyen algunos consejos para lograrlo.
Reto compartido
El cuidado del bebé durante las noches no solo es responsabilidad de la madre. Es importante involucrar al padre cuando el hijo se despierta. “La función de volver a dormir al pequeño por la noches puede turnarse entre ambos”, recomienda la pediatra Cindy Rodríguez. El contacto con ambas figuras hace que el bebé pueda dormirse y se familiarice con sus voces.
Por qué se despiertan?
El llanto del bebé a las 2 de la madrugada es un sonido que puede inquietar a los papás primerizos. “Esta angustia es muy normal. Existen muchos factores, como la incomodidad por pañal sucio, un ruido fuerte o por hambre. También pueden despertarse a causa de cólicos”, indica el neonatólogo Mario Herrera. Según el especialista, una fórmula inadecuada en la leche preparada puede provocar molestias estomacales, por lo que recomienda alimentar al bebé solo con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
Un peligro latente
El síndrome de la muerte súbita consiste el fallecimiento repentino del bebé mientras duerme. “Realmente son pocos los casos que se registran”, aclara Mario Herrera.
“Lo importante es saber que los recién nacidos nunca no deben dormir boca abajo, ya que esto puede asfixiarlos”,
resalta Cindy Rodríguez.
La muerte súbita, como se le conoce comúnmente, es más frecuente en niños prematuros y en aquellos que tienen un retraso en el desarrollo de sus reflejos para respirar. “En estos casos es fundamental estar al tanto de ellos, para reaccionar ante una emergencia. Sin embargo, es difícil que ocurra una tragedia, puesto que siempre son diagnosticados”, enfatiza Herrera.
La muerte súbita es un tipo de apnea —suspensión transitoria de la respiración durante el sueño— que hace que el bebé “olvide” respirar.
Periodos del sueño
¿Un niño distingue el día de la noche? “Al principio, no. Sus ciclos de sueño no los diferencia. Pero los padres pueden empezar a marcar estos periodos”, explica Herrera.
De acuerdo con Rodríguez, durante la noche es fundamental que no tenga ruidos que lo perturben o luces encendidas.
En el día, no se recomienda tener todo en silencio, pero sí una luz tenue, mejor si es natural. El bebé así comprenderá las diferencias de horarios. “Con el tiempo, empezará a distinguirlas, es casi un reflejo”, agrega.
Durante las primeras semanas no se aconseja colocar almohadas al recién nacidos.
Descanso infantil
Los bebés, durante los primeros 29 días, duermen casi todo el tiempo. “En ese periodo solo despiertan para comer. Es necesario tener en cuenta que en esa etapa hay que respetar su descanso, puesto que están formando las conexiones neuronales necesarias para su desarrollo cerebral”, explica Herrera. Luego, sus ciclos de sueño comienzan a tener más tiempos de vigilia. “Regularmente se mantienen 45 minutos despiertos y tres horas dormidos”, comenta.
¿Dormir con mamá?
Este es un debate continuo entre los especialistas. Sin embargo, la mayoría de estudios coinciden en la importancia del contacto materno. “Algunas madres mantienen la cuna en la misma habitación para estar en contacto con su hijo. Luego de su primer año, el bebé puede tener su propia habitación. Esto es algo que deben decidir los padres”, enfatiza Rodríguez.