“Los niños que pasan mucho tiempo al sol sin la protección adecuada pueden sufrir consecuencias que van desde enrojecimiento, pigmentación inmediata, pigmentación retardada, quemaduras solares hasta insolaciones, golpe de calor y deshidratación o desarrollar, en el futuro, cáncer de piel”, advirtió el dermatólogo pediatra Alejandro García en un comunicado
Rossana Llergo, presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), refirió que una quemadura solar es producto de la exposición directa y prolongada al sol sin barreras –ya sean físicas o químicas– que protejan la piel.
“Y son las quemaduras solares que se presentan en la infancia, factores para problemas de salud importantes en la vida adulta”, precisó.
Por ello, indicó, es importante que durante la infancia se inculquen hábitos de fotoprotección para prevenir en el futuro la aparición de cáncer de piel.
Las lesiones de este tipo se caracterizan por dolor, inflamación, así como la irritación en las zonas afectadas; sin embargo, cuando la exposición al sol es más intensa, las lesiones se presentan acompañadas de ampollas.
Es ahí cuando se presentan quemaduras de segundo grado, lo que vuelve aún más doloroso el proceso de recuperación, dijo García.
Protección es clave
Los expertos resaltaron la importancia de utilizar protectores solares en la piel de los niños, especialmente en épocas vacacionales cuando acuden a playas o balnearios y están más expuestos a la luz solar.
Sin embargo, precisaron que estos protectores deben ser adecuados para su edad y a su tipo de piel.
“La mejor opción para ellos son los protectores solares físicos o también llamadas pantallas totales, estas reflejan toda la radiación solar impidiendo que esta penetre en la piel y produzca enrojecimiento, quemaduras, entre otros síntomas”, explicó el experto.
El dermatólogo añadió que este tipo de bloqueadores solares físicos contienen óxido de zinc, talco, mica, óxido de hierro y óxido de titanio lo que ayuda a absorber la radiación y la reflejan, evitando que penetre a la dermis.
Asimismo, los especialistas recomendaron usar fotoprotectores de alta cobertura y resistente al agua; así como aplicarlos 30 minutos antes de la exposición solar y repetir cada dos horas o después del contacto con el agua.
Además, se debe usar fotoprotector incluso resguardados bajo una sombrilla y tener en cuenta el reflejo del sol en el agua, en la arena o el cemento.
“Recordar que la fotoprotección no solo debe aplicarse en la playa y el verano sino incluso para salir de paseo”, insistió García.
Finalmente, recomendaron acudir con un dermatólogo ante cualquier anomalía en la piel de los niños.