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Con la entrada a la edad adulta las células envejecen y funcionan con dificultad. El buen funcionamiento de los órganos depende del buen funcionamiento de sus células.
Además, en algunos órganos, las células mueren y no son reemplazadas por lo que con el paso del tiempo se reduce la cantidad de estos microorganismos.
Los testículos, los ovarios, el hígado y los riñones son algunos ejemplos de los órganos en los que la cantidad de células disminuye de forma notable con la edad.
Cuando el número de células llega a muy bajo, el órgano no funciona con normalidad. Por ello, la mayor parte de los órganos comienzan a fallar con la edad.
El deterioro en el funcionamiento de un órgano causará que el organismo sea vulnerable ante distintas enfermedades, como el cáncer, por ejemplo.
Expertos en salud opinan que a menudo los primeros signos del envejecimiento afectan a los músculos y los huesos. Mientras que los ojos y los oídos comienzan a cambiar al principio de la edad adulta.
Muchas de las funciones corporales alcanzan su mejor estado poco antes de los 30 años y a partir ese punto comienza un deterioro constante, por lo que al llegar a los 40 años se hace necesario visitar al médico periódicamente.
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Aunque muchas de las funciones continúan siendo adecuadas, una disminución en las capacidades del organismo conlleva dificultades controlar diferentes tipos de estrés, incluidos la actividad física extenuante, los cambios extremos en la temperatura ambiental y las enfermedades.
Medicina preventiva
Es común que las personas se olviden de visitar al médico cuando se sienten bien; sin embargo, expertos en salud aseguran que es importante visitar al médico periódicamente, aunque no haya malestar porque los cuidados preventivos permiten hacer un diagnóstico oportuno de algunas enfermedades.
En cualquier caso, diagnosticar una patología a tiempo permite comenzar el tratamiento y prevenir daños mayores, refiere el médico internista Jorge Ovalle.
“Lo mejor es visitar al médico de forma constante porque al detectar un problema, las personas pueden trabajar con especialistas para crear un plan apropiado de tratamiento”, refiere Ovalle.
Agrega que los chequeos médicos de rutina son de vital importancia para mantener una buena salud y extender la esperanza de vida nuestra vida.
Entre la lista de males que se pueden prevenir por medio de revisiones médicas preventivas están los infartos, accidentes cerebrovasculares, diabetes, colesterol, trastornos hormonales, alimenticios e incluso algunos tipos de cáncer.
Expertos opinan que a través de la medicina preventiva se pueden evitar muchas enfermedades y aunque no hay una edad definida para comenzar a hacerse los chequeos, es aconsejable hacer una visita al médico al menos dos veces al año, en especial al alcanzar los 40 años.
Otto Estrada, médico internista y geriatra del Blue Medical, señala que existen algunas pruebas de medicina preventiva que pueden hacerse a todas las personas; sin embargo, es necesario tomar en cuenta el historial médico de cada individuo para determinar si es necesario hacer otras pruebas.
“Las evaluaciones las dividimos en dos: por un lado hacemos el examen físico, que consiste en hacer varias pruebas, y por el otro estudiamos los antecedentes médicos de la persona, si han tenido alguna cirugía, si ya padecen alguna patología, enfermedades hereditarias que haya en su familia y hasta la raza del paciente”, explica Estrada.
Exámenes médicos recomendados
Presión arterial: hágase tomar la presión arterial por lo menos una vez al año. Si el número superior está entre 120 a 139 mm Hg o el número inferior está entre 80 a 89 mm Hg, entonces continúe revisándosela cada año. Si no se encuentra dentro de estos rangos será necesario darle un seguimiento más exhaustivo.
Perfil de lípidos: consiste en un análisis de sangre para detectar los niveles de colesterol y Triglicéridos.
Examen de glucosa: por medio de un examen de sangre se puede determinar si los niveles de glucosa en su sangre son apropiados. Esta sustancia esta muy relacionada con la diabetes.
Examen dental: sin importar la edad es necesario que visite al dentista periódicamente; sin embargo, si esta actividad no forma parte de sus hábitos, al llegar a los 40 puede ser un buen momento para un examen y una limpieza, ya que con el paso del tiempo las piezas dentales se deterioran.
Examen oftalmológico: hágase un examen de la vista cada dos a cuatro años, si su edad es entre 40 y 54 años. El especialista podría recomendarle evaluaciones de la vista más frecuente si tiene problemas de visión o riesgo de desarrollar glaucoma.
Densitometría ósea: es una prueba que permite determinar la densidad de calcio en los huesos y es útil para detectar la osteoporosis. Usualmente se lleva a cabo mediante rayos x, ultrasonidos o isótopos radiactivos.
Índice de masa corporal: es necesario que su médico medico determine su índice de masa corporal para saber si tiene sobrepeso, ya que esta condición puede tener como consecuencia otras patologías como la diabetes, por ejemplo.
Examen de la piel: A partir de los 40 años se recomienda hacer un examen de lunares. Una visita al dermatólogo podría ayudarle a prevenir el cáncer de piel y tener control de lesiones, sobre todo si se expone mucho al sol.
Pruebas de funcionamiento renal: consisten en un examen de orina y uno de sangre para determinar qué tan bien filtran los riñones, así como la cantidad de creatina que eliminan en la sangre. También permiten ver si hay presencia de albúminia, una proteína que aparece si los riñones están dañados.
Pruebas de función hepática: se trata de un análisis de sangre que permite medir ciertas proteínas, enzimas y otras sustancias que evidencian un funcionamiento correcto del hígado como la albúmina, la alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa y la bilirrubina, entre otras.
Electrocardiograma: Es una prueba que registra la actividad eléctrica del corazón y permite determinar si hay alteraciones del ritmo cardiaco. Analiza el ritmo, regularidad de los latidos, tamaño y posición de las aurículas y ventrículos.
Examen de la tiroides: se trata de un análisis de sangre para medir la cantidad de hormonas T3, T4 y TSH, así como el funcionamiento del timo, que es una glándula que se encuentra en el cerebro. Existen médicos que no consideran esta prueba como parte de los exámenes preventivos.
Pruebas específicas para el hombre
Examen de próstata: se puede hacer con un análisis sanguíneo de antígeno prostático – sustancia proteica sintetizada por células de la próstata-, tacto rectal o un ultrasonido. Estas pruebas pueden servir para identificar a tiempo el cáncer de próstata.
Prueba testicular: se trata de un autoexamen que debe efectuarse mensualmente y consiste en palpar los testículos para identificar posibles cambios de tamaño, color o sensación de dolor al tacto.
Pruebas específicas para las mujeres
Mamografía: consiste en una toma de imágenes por medio de rayos X de baja dosis y se emplea para detectar de forma temprana el cáncer de seno, antes de que haya síntomas. Se debe hacer anualmente luego de cumplir 40 años.
Papanicolau: es una prueba de citología vaginal y consiste en tomar células por medio del raspado de la abertura del cuello uterino para examinarlas bajo un microscopio. Sirve para detectar cáncer de cuello uterino. Aunque se recomienda que la prueba debe empezar a efectuarse anualmente a partir de los 21 años, los médicos sugieren que luego de los 40 se haga semestralmente.
Panel hormonal: es un examen de sangre que sirve para medir ciertas hormonas (Progesterona, Hormona folículoestimulante, Prolactina y la Hormona luteinizante). Permite determinar las causas de distintas afecciones, como trastornos ováricos, del ciclo menstrual, problemas para lograr el embarazo o de infertilidad, así como padecimientos de la gládula hipofisaria o pituitaria. Algunos médicos no la consideran parte de un examen preventivo.
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