Para el psicólogo Jaime Reyna este cambio podría suscitar episodios de desesperación ante la novedad; sin embargo, asegura, esto depende de cada persona y sus circunstancias.
Mientras que una persona introvertida que vive sola puede ver el aislamiento como una situación usual, para alguien extrovertido y con gran actividad social puede ser un período difícil de asimilar, asegura Reyna.
El especialista agrega que es imperante que las personas mantengan la calma ante la coyuntura mundial que ha llevado a distintos gobiernos a ordenar el aislamiento de la ciudadanía.
Subraya que, en el caso de Guatemala, al tratarse de una manera preventiva, es importante que las personas comprendan que la reclusión es algo beneficioso tanto para la salud física como mental.
Aislarse trae más ventajas en estas circunstancias, asegura Reyna. Dentro de este contexto las personas pueden encontrar espacios de reflexión.
En cada individuo sería distinto, pero es importante que cada uno tome en cuenta acciones que sean beneficiosas para su realización personal. En los ratos libres se pueden cumplir tareas pendientes en el hogar o propiciar actividades que refuercen la relación con otros miembros, sugiere Reyna.
Aunque no se trata de un período de vacaciones, para muchas personas -en su mayoría estudiantes de todas las edades-, es importante planificar bien los días y aprovechar el tiempo.
El psicólogo expresa que las responsabilidades y los compromisos siguen, pero varían las condiciones. Ya sea que se solvente el trabajo o los estudios desde casa, las personas pueden encontrar ratos libres en el hogar para reflexionar en cómo llevar a cabo mejoras.
Se pueden crear hábitos
Para Lorena Orellana, también psicóloga, el tiempo libre puede propiciar la creación de hábitos. Comenta que bastan 21 días para crear un hábito, así como para perderlo. Las semanas de reclusión son grandes oportunidades para trabajar en nuevas metas, infiera la especialista.
Además de lo sugerido, los especialistas enfatizan en las siguientes recomendaciones para no desesperar, y sacar provecho de los tiempos libres restantes durante el aislamiento:
- Mantener la misma rutina: Es importante, ya que una vez finalice el período de reclusión, las personas deben mantener el mismo ritmo para rendir en el trabajo y/o en la academia.
- Hacer tiempo en familia: Puede ser mediante actividades en las que se involucren distintos miembros, para así garantizar momentos agradables y de confianza.
- Leer para aprender: Además de los pendientes académicos, esta es una buena oportunidad para conocer más acerca de temas de su interés.
- Reforzar la relación con alguien: En momentos de aislamiento pueden aprovecharse los espacios libres para que el diálogo florezca entre personas que no suelen comunicarse mucho
- Considerar nuestras acciones con el ambiente: A partir de la coyuntura las personas pueden reflexionar cómo sus acciones aportan o no a la mejora del ambiente, así como de la salubridad.
Reyna considera que a pesar de la situación preventiva y el ambiente de especulación alrededor del mundo, es recomendable ver el aislamiento como una oportunidad para sacar cosas buenas. El contexto permitirá a las personas cuidarse en todos los aspectos, sintetiza el psicólogo.
Por otro lado, Orellana recomienda a las personas tener claro que las medidas de prevención y las decisiones tomadas por las autoridades deben considerarse y no verse como un motivo de preocupación, ya que el estrés produce efectos negativos en el sistema inmunológico.
