En Guatemala, el diputado Álvaro Velásquez, de la bancada Convergencia, presentó en abril último la iniciativa 50-53, Ley para regular el cultivo, producción, distribución, comercialización y consumo medicinal y recreativo del cannabis y sus derivados, que sería aplicada para mayores de 18 años.
Para tratamiento
Los cannabinoides han sido usados desde tiempos antiguos en ritos espirituales por los chamanes y curanderos. “Nuestro cuerpo tiene receptores específicos para ellos, y llegan al cuerpo en la forma de una mezcla compleja de la sustancia química delta 9-tetrahidrocannabinol (THC)”, explica el homeópata-naturópata Francisco Quiñónez.
Los efectos que suele producir son analgésicos, antiinflamatorios y antiespasmódicos por su acción sobre los receptores nerviosos. No existe venta libre de esta sustancia en Guatemala y puede ser penada por la ley.
Aunque en homeopatía se usa desde hace unos 150 años, esta planta produce en dosis muy bajas efectos tóxicos, la mayoría a nivel del sistema nervioso.
“Muchas personas suelen usar esta sustancia para relajarse, sin considerar que a corto o mediano plazo esto puede ser adictivo, por lo que desde ningún punto de vista recomiendo su uso sin la supervisión de un facultativo”, concluye Quiñónez.
La marihuana forma parte de la medicina alternativa y complementaria; esto quiere decir que no cuenta con el soporte científico para ser adoptada por el sistema biomédico, pero tampoco forma parte de la medicina tradicional guatemalteca, sino de sistemas tradicionales de otros países y que han sido importados a Guatemala, como la acupuntura, terapias a base de hierbas o músicoterapia, explica el médico Rubén Pérez, técnico normativo del Programa de Medicina Tradicional y Alternativa, del Ministerio de Salud.
Penalización
En Guatemala no está tipificado el consumo de marihuana, sino que es el juez quien impone la penalización, según el caso y la cantidad encontrada, ya sea pagar una multa o ingresar en un centro de rehabilitación, explica Jorge Aguilar, de Comunicación Social de la Policía Nacional Civil. Depende del juez también determinar cuántos años impondrá a los narcotraficantes.
Este año se han incautado 2.5 millones de matas de esta planta, lo que constituye un récord desde 1999, indicó Aguilar, la mayor parte en Occidente y Petén. La droga cultivada se incinera en el lugar y la confiscada, en horno.
En cuanto a la legalización, la Secretaría Ejecutiva de la Comisión contra las Adicciones y el Tráfico Ilícito de Drogas (Seccatid) considera que el país no cuenta con los recursos económicos ni técnicos para controlar un consumo recreativo, que incidir en un aumento en las estadísticas de usuarios. El uso terapéutico es una realidad en varios países; sin embargo, la evidencia científica que brinda soporte a este uso está en pleno desarrollo, por lo que se necesita profundizar en el tema.
¿Realmente es para recrear?
Carolina Guzmán, jefa del Departamento de Toxicología de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, indica que el uso recreativo de drogas se refiere al consumo de drogas de abuso, con la intención de encontrar nuevas experiencias. Suele ser el caso entre jóvenes o adolescentes, quienes inicialmente lo hacen por curiosidad o por presión del grupo, por diversión o para imitar a los demás.
Algunos de ellos luego las siguen utilizando para volver a sentir las sensaciones placenteras, para evitar el malestar o para sentirse bien o “normal”. Pero, paulatinamente, esto puede llevar a un aumento de la dosis y de la frecuencia del consumo.
“Consideramos que el consumo recreativo incrementaría el consumo en la población más vulnerable, como son los jóvenes, puesto que los rangos de edad entre los 11 y 18 años representan la población de mayor consumo de marihuana, de acuerdo con los registros de usuarios que asisten al Centro de Tratamiento Ambulatorio”, refiere Seccatid.
Entre los problemas que se han observado en ellos al consumir marihuana está ausentismo escolar, lo que desencadena alto riesgo en involucramiento en acciones ilícitas, así como mayor índice de violencia en el seno familiar por la dependencia y la necesidad de agenciarse de la droga.