Diabetes
Las personas altas tienen aquí una ventaja. Según Norbert Stefan, catedrático de Diabetología Clínico-Experimental del Hospital Universitario de la ciudad alemana de Tubinga, esto se debe a que los factores genéticos del crecimiento corporal están relacionados con menos grasa en el hígado y una mayor sensibilidad a la insulina.
Estos dos factores hacen que las personas altas padezcan diabetes con menos frecuencia. En cambio, las personas de baja estatura tienen un peor aprovechamiento de la glucosa, lo que significa que, por término medio, tienen más probabilidades de padecer diabetes.
Este es también el resultado de una evaluación de mayo de 2023: cuanta más altura tengan las mujeres y los hombres de todos los grupos de edad, menos probabilidades tienen de padecer diabetes de tipo 2.
Sin embargo, también son factores de riesgo la obesidad grave y la falta de ejercicio. Karel Kostev, director científico de investigación epidemiológica de la multinacional estadounidense de servicios por contrato IQVIA, examinó los datos de 780.000 pacientes adultos junto con un equipo de internistas del Hospital Universitario de la ciudad de Düsseldorf.
Su conclusión: por cada diez centímetros menos de estatura, el riesgo de diabetes de tipo 2 de nueva aparición aumenta un 15 por ciento en las mujeres y un 10 por ciento en los hombres.
Sin embargo, no existen correlaciones entre la estatura y el desarrollo de la diabetes de tipo 1, que suele comenzar en la infancia o la adolescencia debido a una deficiencia absoluta de la hormona insulina.
Otro estudio alemán de 2019 también concluyó que las personas de baja estatura tienen un mayor riesgo de diabetes tipo 2, independientemente de su masa grasa corporal.
Corazón
La altura también puede influir en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. A esta conclusión llegó el Hospital Universitario de Düsseldorf tras analizar los datos de casi 660.000 pacientes.
Según los resultados, las mujeres y los hombres de estatura más baja tienen más probabilidades que las personas más altas de padecer hipertensión arterial o sufrir un ictus en el que muere tejido cerebral.
Según Norbert Stefan, las personas altas tienen varias ventajas. el académico enumera: “Menos ácidos grasos, menos colesterol LDL, menos glucosa y hepatoquinas (proteínas hepáticas) más favorables”. En suma: las personas altas tienen menos riesgo de infarto.
En la serie de datos de Düsseldorf, las mujeres y los hombres de baja estatura presentaron un mayor riesgo de enfermedad coronaria, en la que se estrechan los vasos sanguíneos aumentando así el riesgo de infarto.
Según el estudio, por cada diez centímetros de aumento de estatura, el riesgo de cardiopatía coronaria disminuye un 9 por ciento en las mujeres y un 13 por ciento en los hombres. Por el contrario, según estos datos, las mujeres y los hombres más altos tienen un mayor riesgo de fibrilación auricular.
Trombosis
Las personas altas están claramente en desventaja en este caso. “Cuanto más largas son las extremidades, más tiempo hay que bombear la sangre hasta el corazón”, explica Stefan. Según el catedrático, hasta el 90 por ciento de las trombosis se producen en las venas profundas de las piernas y pueden desembocar en una embolia pulmonar.
Junto con el equipo de internistas de Düsseldorf, Kostev también llega a la conclusión de que el riesgo de contraer la enfermedad aumenta en un 23 por ciento por cada diez centímetros de altura corporal. Un vistazo a un análisis sueco de 2017 también muestra que las personas altas tienen un mayor riesgo de trombosis.
Un equipo de investigadores estadounidenses también llegó a la conclusión de que las personas altas tienen un mayor riesgo de sufrir fibrilación auricular y varices, lo que puede favorecer la aparición de trombos. Para su investigación, el equipo de la Universidad de Colorado analizó la información de más de 250.000 adultos en relación con más de 1.000 enfermedades y características.
Cáncer
También en el caso del cáncer existe una relación entre la estatura de las personas y la frecuencia de la enfermedad. La comparación de los datos realizada por el Hospital Universitario de Düsseldorf demostró que los pacientes más altos son más susceptibles.
El riesgo aumenta un once por ciento en las mujeres y un seis por ciento en los hombres por cada diez centímetros de aumento de estatura.
Para el catedrático Stefan, una de las razones de que la gente sea cada vez más alta es el aumento del consumo de productos lácteos y carne roja. En este contexto se refiere a China, donde el tamaño corporal lleva años aumentando.
El consumo excesivo de proteínas animales activa los genes del crecimiento (especialmente los de los factores de crecimiento IGF-1 y también IGF-2) y los regula al alza.
El diabetólogo Stefan los denomina “abono para las células”, y explica que estas proteínas hacen que los niños crezcan más en el vientre materno y en la edad adulta. El especialista precisa que la conexión con el cáncer proviene de un crecimiento celular más fuerte durante toda la vida, que es promovido por el IGF-1 y el IGF-2 y aumenta el riesgo de enfermar.
Los investigadores también han descubierto una relación entre la estatura y la frecuencia de determinados tipos de cáncer. Stefan nombra los tres más frecuentes en personas altas: cáncer de piel negra, cáncer de colon y cáncer de mama.
Espalda
“Siempre se ha postulado una relación entre la estatura y el dolor lumbar, pero esta aún no se ha demostrado”, afirma Bernd Kladny, secretario general de la Sociedad Alemana de Ortopedia y Cirugía Ortopédica.
El médico especialista explica que, en el caso de las personas altas, el esfuerzo es mayor cuando, por ejemplo, se inclinan hacia delante y levantan algo, pero que “también tienen una anatomía diferente, con músculos más fuertes que las personas más bajas”. Finalmente, Kladny enfatiza que hay muchos factores que contribuyen al dolor de espalda.