Esa y muchas otras preguntas son las que los padres, especialmente los primerizos, se hacen cuando deben empezar la alimentación de los bebés. Para ello es importante prepararse e informarse, pues en la actualidad existen muchas fuentes de información que bombardean con recomendaciones y prohibiciones.
Las campañas e investigaciones científicas han motivado que más madres se esfuercen por dar lactancia materna a sus hijos durante los primeros seis meses de vida. Existen sólidas bases científicas que demuestran los innumerables beneficios que esta otorga a los bebés, pues además de cubrir perfectamente sus necesidades nutricionales también suple las emocionales. Gracias a su composición favorece el sistema inmunológico y la colonización de la flora bacteriana bífida en el tubo digestivo del bebé, disminuye la incidencia de infecciones y protege frente al desarrollo de enfermedades futuras como asma, diabetes, obesidad o cáncer, entre otras. También favorece el desarrollo intelectual del niño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones científicas recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, luego de ello también se sugiere continuar la lactancia acompañada de otros alimentos.
A la introducción de otro alimento líquido o sólido diferente de la leche materna en la dieta del niño, incluyendo fórmulas lácteas infantiles, se le denomina alimentación complementaria. La importancia de ella radica en que implica cambios metabólicos y endocrinos que influyen en la salud futura del niño, es decir, en el futuro del adulto.
Los requerimientos nutricionales del niño cambian de acuerdo con su crecimiento. A partir del sexto mes, necesita mayor aporte energético y otros nutrientes como hierro, zinc, selenio, calcio y vitaminas A y D. La leche materna y las fórmulas lácteas infantiles resultan insuficientes para cubrir esos requerimientos, por ello deben ser aportados a través de la alimentación complementaria.
Entonces, puede decirse que la alimentación complementaria persigue los siguientes objetivos:
- Promover el adecuado desarrollo neurológico, cognitivo, digestivo y neuromuscular.
- Proveer nutrientes específicos que el niño necesita en la etapa de crecimiento.
- Enseñar distintos sabores, colores, texturas y temperaturas al niño con el fin de fomentar la aceptación de nuevos alimentos.
- Formar hábitos de alimentación saludable.
- Favorecer la interrelación entre padres e hijos.
- Integrar a la dieta familiar.
- Prevenir factores de riesgo para alergias, obesidad, desnutrición, hipertensión arterial y síndrome metabólico, entre otras.
Cómo saber si ya puede iniciarse la alimentación complementaria
Es ideal que el niño tenga seis meses cumplidos. Varias entidades de salud indican que puede ser desde los cuatro meses, pero dependerá mucho de la valoración que realice el pediatra. Sin embargo, para proteger la lactancia materna exclusiva se prefiere esperar a los seis.
Otra señal es que el bebé pueda sentarse con ayuda y mantener su cuello y cabeza firme. Es importante también que el bebé haya perdido el reflejo de extrusión.
Si bien la etapa de inicio de la alimentación complementaria está establecida de manera clara, la forma de iniciar este proceso no. Existen muchas sugerencias y variaciones para ello. Puede que esta sea la causa para que se cometan algunos errores de manera frecuente. A continuación, se listan algunos de los más comunes con el fin de darle una luz a usted como padre de familia para corregir este bello proceso. Recuerde que el objetivo principal siempre será que su pequeño coma variado, crezca feliz y sea un niño saludable.
Entre los errores más frecuentes están:
- Iniciar la alimentación complementaria sin guía de nutricionista.
- Llegar a los ocho meses y no introducir otros alimentos además de frutas y verduras.
- Incorporar fuentes de hierro de origen animal y vegetal hasta los 8 o 9 meses.
- Retrasar los alimentos alérgenos y no incluirlos en su dieta habitual.
- Servir porciones muy grandes y creer que deben terminarlas.
- Ofrecer jugos, ya sea naturales o artificiales.
- Creer que el cereal para bebé es necesario. Hay otros alimentos más importantes que no son procesados.
- Mantener las papillas hasta los 12 meses.
- Dar sal, azúcar y miel. Es peligroso ofrecer miel a un lactante menor de 12 meses por el riesgo de botulismo, una enfermedad seria causada por las toxinas producidas por la bacteria Clostridium botulinum, que se encuentra de manera natural en la tierra.
- Ofrecer todos los alimentos cocidos, hay alimentos que perfectamente pueden ofrecerse crudos como muchas frutas.
Todos estos errores se pueden corregir, entre más temprano se haga, la solución será más sencilla.
Preparación de los alimentos
Olvidar el cuidado e higiene en la preparación de alimentos puede ser un error de gran magnitud.
- Es muy importante el lavado de manos de la persona que prepara los alimentos, así como del bebé antes y después de comer.
- Los alimentos deben estar lavados y desinfectados debidamente.
- Los alimentos deben cocinarse completamente, especialmente los de origen animal. Por ejemplo, no puede darse huevo tibio.
- Los utensilios designados a la alimentación del lactante deben lavarse bien. Si el niño come con las manos, estas deben ser cuidadosamente lavadas antes de comer. De preferencia, utilice vasos o tazas.
- Los alimentos deben refrigerarse, de lo contrario, deben consumirse antes de dos horas con el fin de evitar que las bacterias tengan tiempo para multiplicarse.
Existen algunas señales que le permitirán saber si está alimentando bien a su bebé, estas son:
- Gana peso y longitud de forma adecuada.
- Se mantiene activo.
- No está pálido ni tiene uñas quebradizas.
- Duerme lo suficiente.
Cada familia y cada bebé es diferente. El éxito de la alimentación complementaria dependerá de los hábitos y el estilo de vida que tenga la familia. Es importante que los padres de familia sepan que son el ejemplo desde el primer día que el bebé empieza a comer. No puede esperarse que el bebé coma frutas y vegetales si no ve a su mamá y a su papá comerlos.
Muchos pediatras guían a los padres en este proceso, sin embargo, la alimentación complementaria debe individualizarse. Cada bebé tiene necesidades diferentes y muy específicas que solo un nutricionista pediátrico podrá guiar para lograr cubrirlas y concluir con éxito esta importante tarea.
Fuentes: Nutricionista Bely Espinoza, Fb @sandia.online, Multimédica clínica 814, teléfono 22589530; Alimentación complementaria guiada por el bebé, Marta Vega, Universidad de Zaragoza; Actualidades en alimentación complementaria, Cuadros Mendoza, Vichido Luna, Montijo Barrios, Zárate Mondragón, Cadena León, Cervantes, Bustamánte, Toro Monjáraz, Ramírez Mayans, Instituto Nacional de Pediatría, México.
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