Las caries se originan cuando áreas en la dura superficie de los dientes se dañan. Si no se tratan, las cavidades se agrandan y, con el tiempo, se produce dolor, infección y pérdida de dientes, explica el médico Thomas Salinas, de Especialidades Dentales, de Mayo Clinic, en Rochester, Minnesota.
Una combinación de factores puede causar caries, incluyendo las reproducción de bacterias en la boca, una mala limpieza dental y el consumo abundante de bebidas y alimentos azucarados. Si los padres no poseen buenos hábitos de salud dental, es posible que sus bacterias bucales puedan ser transferidas a los niños pequeños, incrementando el riesgo de caries.
Debe prestarse especial atención a no compartir los cepillos de dientes, vasos y otros objetos que pudieran transmitir bacterias.
Cepillarse los dientes al menos dos veces al día — e idealmente después de cada comida — es una de las mejores maneras de prevenir caries. Usar un cepillo eléctrico con cabeza rotatoria es una buena elección, ya que realiza una mejor limpieza dental que los cepillos manuales.
Algunos incluyen un dispositivo que los mantiene encendidos por dos minutos, el tiempo de cepillado recomendado por los dentistas. Así es más fácil que los niños logren una limpieza más meticulosa cada vez que se cepillan los dientes.
Asegurarse de que el dentífrico utilizado por la familia contenga flúor, ya que las investigaciones han demostrado que es efectivo en la reducción de caries. Actualmente, en muchas ciudades se agrega flúor al agua corriente, y así también se ayuda a prevenir las caries.
Asimismo, muchos dentistas aplican tratamientos de flúor durante las revisiones dentales. Para quienes parecen ser particularmente susceptibles a desarrollar caries, es posible que el dentista pueda recomendar un enjuague fluorado diario.
Preguntar al dentista sobre la aplicación de selladores dentales en niños. Un sellador es un recubrimiento protector aplicado sobre la superficie de masticación de los dientes posteriores, que sella los surcos que tienden a acumular restos de comida y protege así el esmalte dental. Los Centros para Control y Prevención de Enfermedades recomiendan selladores para todos los niños en edad escolar.
Los niños deberían usar hilo dental tan pronto como fuera posible, ya que es la manera más efectiva de eliminar las partículas de comida y la placa dental entre los dientes. Para la mejor protección contra las caries, procurar que usen el hilo dental al menos una o dos veces al día. Pasarlo entre los dientes de la parte de atrás, ya que los niños tienden a no cepillar esas áreas tan bien como las del frente.
Disminuir el consumo de bocadillos y bebidas que contienen azúcar ayuda también a prevenir las caries en los niños. El azúcar está vinculado a las caries porque, si no se elimina completamente de los dientes, las bacterias en la boca lo utilizan y producen ácidos.
Con el tiempo, el ácido desgasta la dura capa externa de esmalte dental, y así se inician las caries. Las bebidas con un alto contenido de azúcar, como jugos de frutas fortificados y bebidas carbonatadas, pueden provocar caries, especialmente cuando se beben durante todo el día.
Llevar a los pequeños al dentista regularmente. La mayoría de los niños necesitan revisiones dentales dos veces al año, aunque algunos pudieran requerirlas más a menudo. Tratar de elegir un dentista y consultarlo durante la infancia de los hijos, puesto que conoce su historia dentaly está familiarizado con cualquier necesidad especial.