Pero, el estrés mal controlado afecta de múltiples formas, para el cuerpo puede representar un dolor de cabeza, a nivel emocional llegar a sentir ansiedad y en el comportamiento motiva a comer en exceso o por debajo de lo recomendado, solo por dar unos ejemplos.
Así podrían enlistarse una gran cantidad de situaciones asociadas al estrés, dentro de las cuales está la fatiga, sentirse abrumado, caer en drogas, alcoholismo, aislamiento, malestar estomacal, tristeza y depresión.
Otro gran indicador de que es necesario hacer cambios es cuando la persona ya no disfruta aquello que antes le apasionaba, explica el naturópata Estuardo Mendoza.
“Cambie sus hábitos de vida y controle el estrés” parecen recomendaciones comunes que los médicos dan para disminuir o desaparecer estos problemas porque los medicamentos no llegan a su máximo objetivo sin modificaciones de fondo. Pero, ¿cómo lograr esto en su vida?
Si tiene síntomas de estrés es necesario crear estrategias que ayuden a salir de ese torbellino y buscar alternativas que tienen como resultado mejorar la salud y el contexto de vida.
Desde el interior
La misma Organización Mundial de la Salud, OMS, describe que el estrés tiene muchas causas, como las dificultades personales (conflictos con los seres queridos, soledad, falta de ingresos, preocupación por el futuro), los problemas en el trabajo (conflictos con los compañeros, alto nivel de exigencia o inseguridad laboral) o la existencia de amenazas importantes en la comunidad (violencia, enfermedades, falta de oportunidades económicas).
La psicóloga María José Arroyo Villavicencio, de la clínica Mente a Color, nos lleva a reflexionar que otro punto relevante fue la pandemia, existe un antes y después en la humanidad después de vivirla.
Aumentó el estrés en todos los niveles, el trabajo en casa provocó que algunos no lograran separar los tiempos de trabajo y descanso. A la vez, asegura que actualmente nos sigue afectando y tenemos secuelas.
Parte de las consultas que atiende se relacionan con no poder dormir ni desconectarse del trabajo, así como dificultades en relacionarse con los demás, entre otros aspectos de vida. “Buscan apoyo para manejar el estrés que también se manifiesta en forma física”, describe Arroyo.
Ver un todo
La población a nivel mundial puede llegar a tener estrés crónico o síndrome de burnout, explica la psicóloga clínica y naturópata Ninoshka Asturias, de Hidrocolon Guatemala.
Asturias dice que este nivel de estrés podría presentarse en especial en personas que se dedican al servicio como médicos, policías, bomberos, cuidadores de personas de la tercera edad, enfermeros y toda aquella persona que por lo regular trabaja en un servicio o todo aquél que se entrega más de la cuenta a una actividad olvidándose de sí mismo en cuestiones básicas como comer, descansar y tener una vida personal o familiar.
“Es importante que los guatemaltecos aprendamos a gestionar el estrés para no caer en una enfermedad degenerativa, cognitiva o emocional, como el estrés porque cuando se activa constantemente, se crea un descontrol cerebral y se vuelve cansancio crónico y degenerativo”, agrega Asturias.
La naturópata Asturias hace énfasis en la necesidad de ver a los pacientes como un todo, evaluar cómo están actualmente a nivel físico y además ofrecer algunas terapias complementarias que apoyen a cada persona, según las necesidades que tenga para ayudarlo a retomar su camino y objetivos.
“No se trata de un menú sino de complementar algo que nos hace falta”, dice la experta.
Esto podría incluir seguir un tratamiento médico, así como apoyo emocional, y opciones que van desde la desintoxicación iónica (terapia de limpieza de toxinas) hasta la reflexología (puntos de presión en manos o pies).
El punto central es encontrar soluciones que ofrezcan un espacio para sanar y relajarse. Asturias, por ejemplo, aplica auriculoterapias (estimula puntos de la oreja para tratar el dolor de alguna parte del cuerpo), florales de Bach (uso de flores con ciertas propiedades curativas, que se preparan de manera individual y se administran en forma de gotas) y musicoterapia, entre otras.
Para Asturias el ser positivo ayuda en el proceso, “afuera se puede caer el mundo, pero adentro nosotros somos los dueños de cada uno de nuestros pensamientos y responsables de cómo hacer que nos pasen cosas buenas”. También invita a que seamos agradecidos y conscientes que podemos encontrar soluciones.
“La pandemia nos dejó alejados unos de otros y el ser humano necesita entre 50 y 80 abrazos diarios para activar sus hormonas cerebrales”, explica Asturias e invita a retomar este hábito, así como el de reír y amar porque estas acciones ayudan a bajar los niveles de estrés.