¿Cómo ayudarlo a esa o ese adolescente que acaba de terminar una relación afectiva que lo tenía tan ilusionado?
Independientemente de la causa, la mayoría de veces, la sensación de vacío se apodera de esos corazones rotos y surgen muchos cuestionamientos alrededor de esa experiencia y son los padres quienes pueden ayudar a que ese trago no sea tan amargo.
A continuación se incluyen algunas preguntas básicas que se hacen los padres al ver a sus hijos dolidos, y cómo se les puede ayudar.
El mal de amores adolescente, ¿es peor que el que se sufre de adulto?
En la adolescencia la desilusión amorosa puede ser muy fuerte porque nunca se ha vivido una situación de ese tipo. Los jóvenes no han tenido ninguna experiencia similar y no saben que es posible sobrevivir a una tristeza semejante e incluso volver a enamorarse.
Por eso es importante que los padres intenten recordar cómo fue su primera experiencia. De todos modos, está claro que cada persona vive su historia de un modo distinto.
Algunos intentan distraerse de inmediato, mientras que otros sienten que lo han perdido todo y se hunden sin poder hacer ninguna otra cosa, dicen los psicólogos y orientadores familiares.
Los padres no pueden partir de la base de que sus hijos harán la misma experiencia que ellos, pero recordar su pasado los sensibilizará un poco más.
Lo fundamental es estar allí, escuchar a los jóvenes y no intentar dar consejos todo el tiempo. Es mucho mejor hacer preguntas, intentar comprender y ponerse en el lugar del otro.
Los padres deben tomar en serio lo que siente el joven y no minimizarlo. Frases como “no te preocupes, pronto estarás bien y la habrás olvidado” no suelen ser precisamente una ayuda.
¿Qué se puede hacer si el joven parece estar cada vez más triste?
Tener paciencia, pero sin dejar de estar atento. Si el adolescente no come o muestra alguna tendencia dañina hacia sí mismo, es bueno recurrir a una ayuda profesional.
Cuando el joven no quiere hablar con sus padres, puede que haya hermanos o amigos que le salgan al paso. De no ser así, no está de más que los padres le sugieran una consulta con un especialista en psicología o alguien que le ayude a entender qué le está sucediendo. Incluso puede ser útil que busque ayuda en un servicio telefónico de asistencia.
¿Qué es mejor no hacer?
Los padres pueden explicarle al joven que no es bueno intentar contactar todo el tiempo a la ex pareja, ni ir a los sitios que el otro solía frecuentar. Tampoco es bueno estar controlando en WhatsApp cuándo fue la última vez que estuvieron conectados, ni merodear por la noche por las calles en las que uno cree que estará la ex pareja.
Los especialistas suelen decir que el mal de amores es como una adicción y que los afectados deben tomar distancia del ex de un modo muy consciente, teniéndolo en cuenta como una máxima: “No, ¡ahora no haré esto!”.
Es el único modo de ayudarse. Además, es una forma de preservar cierto orgullo. Eso también es útil si uno en algún lugar alberga la perspectiva de volver a estar con su ex pareja, ya que si está siguiéndolo permanentemente o controlándolo a sus espaldas, el efecto suele ser contraproducente.
Tips para los hijos
- Cuando se acaba de terminar con la pareja es importante que, durante un tiempo, no se frecuenten los mismos lugares que recorrían juntos, porque eso hará que sea más difícil sanar el corazón que está dolido.
- Hay que evitar hablar mal de la persona con quien se tuvo una rela- ción afectiva. Es mejor quedarse con las buenas experiencias.
- Es válido llorar y sentirse triste pero esta actitud no debe prevalecer ni por muchas horas en el día, ni por muchos días. Si se siente que es muy difícil estar más positivo hay que hablarlo con algún experto en psicología para que oriente qué acciones se pueden emprender.
- Se sugiere salir a pasear con los amigos y la familia para entrenerse en otros asuntos y que los pensamientos no giren siempre alrededor del ex.
- Nunca se debe descuidar la alimentación porque la salud se puede deteriorar poco a poco.
Con información de DPA