El fin de año se acerca

Rina Montalvo

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Las mismas emociones, los mismos sentimientos y otras reflexiones vienen con el frío  de octubre. ¡Ah, el tiempo! Cómo pasa y cómo vuela y cómo termina con la vida… Nostalgia e incertidumbre con preguntas y respuestas sobre el misterio de la vida. Cómo va de prisa el tiempo, nos decimos los mayores y quisiéramos correr a su misma velocidad para no quedarnos atrás. Pero el tiempo no para.

Cuando llega octubre empezamos a escuchar por todas partes: Se fue el año. Octubre nos saluda con su luna brillante y sus fríos vientos; y es que la vida se nos va extinguiendo con el tiempo. Solo los niños no sienten el paso de los años en su mundo ilusorio de juegos y fantasía; y los adolescentes sienten que el tiempo se detuvo en sus sueños.

Muchas veces escuchamos decir que los años ahora van más de prisa. Pero tal vez sea por el ritmo de los afanes, del estrés, de la lucha por vivir más y más, o por esa ansiedad de querer tenerlo de todo, de competir, de abarcar mucho.  Pero los tiempos son los mismos de ayer y de siempre. Dios mismo tiene su tiempo. Lo que pasa es que se ha perdido la paz interior y la tranquilidad que vivían nuestros antepasados. Sí, estamos perdiendo la paciencia hasta de sí mismo y de ahí que sintamos que la vida va tan de prisa. Lo que debemos reconocer es que tenemos que hacer un alto a esta vida agitada que desgasta, y poner un freno a las prisas, porque esto es lo que causa presión. Podemos hacer un mundo mejor de nuestra vida y un oasis de amor, aunque no es muy fácil.

Así describe la Biblia el paso del tiempo: Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche. Salmo 90:4. Y en su sabiduría, la Palabra de Dios dice: Los días de nuestra edad son 70 años: y si en los más robustos 80 años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan y volamos. Salmo 90:10.
Ahora, esperamos en pocos días un ambiente de tradición. Degustaremos el delicioso fiambre que despierta los sentidos, con sus exquisitos postres de ayote y manzanilla, de jocotes en miel y de molletes, y ya pronto, estarán los cementerios cubiertos de flores y de añoranzas y de lágrimas, por los seres queridos que duermen.

Por fortuna ya la noche del 31 de octubre, día de brujas, ya no se celebra como antes. Halloween, que es el día de las brujas, la noche que se celebra culto a satanás, y hasta en casa de cristianos. ¿Para qué seguir esas tradiciones? Satanás tiene su propia iglesia, su propia biblia, sus propios sacerdote, y todo aquel que tiene firmes sus valores y bien cimentada su fe en Dios, condena estas prácticas que van contra las enseñanzas cristianas.

rina.montalvo@gmail.com

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