La fortaleza se requiere para saber sobrellevar las dificultades que son propias de cada condición y las provocadas por la falta de valores en la sociedad, y la perseverancia, para luchar sin cesar con el fin de brindarles el apoyo y ayuda que sus hijos necesitan para mejorar su calidad de vida.
Si bien es cierto que todos somos diferentes y únicos, los niños, niñas, jóvenes y adultos con necesidades especiales afrontan dificultades adicionales a las que las demás personas se enfrentan.
Apoyo incondicional
Las habilidades de las personas con necesidades especiales, de cualquier tipo, no son las mismas y por lo general, deben ser apoyados por medio de terapias para lograr ser funcionales en el desarrollo de sus competencias. Una de las terapias que se emplea con éxito es la neurosensorial, que se enfoca en trabajar neurofuncionalmente.
Es allí donde el papel de los padres es tan relevante en la vida de estas personas. Ellos deben buscar un pronto diagnóstico para conocer y comprender su condición, deben educarse e investigar para ser parte activa en el tratamiento de sus hijos, pues son ellos los más interesados en ayudarlos.
Hay estudios que indican que los chicos con ciertos desafíos que tienen padres comprometidos con su mejoría, realmente presentan un mejor avance debido a la entrega de sus progenitores al programa de intervención.
Los chicos con diferencias necesitan el apoyo incondicional y total de sus padres. No es suficiente llevarlos a terapia una vez a la semana, sino que los padres deben estar involucrados al cien por ciento en el tratamiento y apoyar al profesional a cargo, con las actividades que sean sugeridas en casa y con el cumplimiento de las recomendaciones que les haya hecho.
Únicamente de esta forma, se podrá notar un avance significativo en la condición de los chicos con necesidades especiales, quienes más que una etiqueta necesitan amor, dedicación, tolerancia y respeto.
*Psicóloga clínica con énfasis en Neuropsicología Infantil. Correo: mapaesgt@gmail.com
