Sin embargo, muchos han sido los personajes ilustres que han pasado a la historia de la humanidad en diferentes campos y que son famosos zurdos. Desde Ramsés II, Alejandro Magno y Julio César en la época antigua, pasando por Leonardo Da Vinci o Benjamín Franklin, todos se manejaban mejor con la mano izquierda.
Los zurdos trazan el cero y la letra O de arriba hacia la derecha, lo que puede indicar que su organización cerebral es distinta en términos de habilidad espacial.
Se calcula que de cada cien personas, entre seis y 13 utilizan el lado izquierdo de su cuerpo y emplean al revés el abrelatas, libretas o tijeras.
Además, deben acomodarse de forma diferente para realizar actividades tan cotidianas como escribir, lo que pone a prueba su capacidad de adaptación a un mundo diseñado para diestros.
Sobre las razones de esta característica existen diversas teorías que van desde la genética -con trabajos que identifican los genes LRRTM-1 y RS+- hasta investigaciones basadas en la presencia de testosterona y lesiones al nacer, pero en ningún caso los resultados son concluyentes.
Una de las hipótesis considera incluso aspectos evolutivos, informó en el 2014 la Universidad Nacional Autónoma de México en un comunicado, en ocasión del Día Internacional del Zurdo.
La investigadora Irma Yolanda del Río Portilla, de la Facultad de Psicología, indaga por qué hay zurdos, a partir de trabajos basados en el funcionamiento del cerebro. La especialista desarrolla sus trabajos a partir de los fundamentos de simetría y lateralidad cerebral.
“Por cuestiones históricas y culturales se privilegia la mano derecha; sin embargo, en el funcionamiento del cerebro está la clave de por qué hay zurdos”, explicó Del Río.
En el centro del sistema nervioso se controlan las funciones de nuestro cuerpo de manera cruzada: en los individuos diestros, el hemisferio izquierdo es el dominante.
Los zurdos tienen más desarrollado el derecho en el área motora.
En el Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología, la académica y sus alumnos registran la actividad cerebral de personas totalmente diestras y zurdas para determinar las zonas cerebrales implicadas en habilidades cognitivas.
Para los trabajos, mencionó la casa de estudios, se seleccionaron voluntarios que utilicen, en un porcentaje mayor al 80 por ciento, solo la mano derecha o la izquierda para cortar, escribir, prender un cerillo, usar un martillo o cepillarse, explicó.
Los resultados preliminares arrojan una diferencia significativa entre diestros y zurdos a nivel del lóbulo parietal, zona relacionada con las habilidades espaciales necesarias para analizar los objetos y el entorno que nos rodea, básicas en actividades constructivas como el armado de rompecabezas o la escritura, lectura de mapas, y con la capacidad de ubicación corporal, indispensable para identificar si nuestra posición es adelante, atrás a la izquierda o la derecha.
Buen antecedente
En el 2004, la Universidad de Columbia, Nueva York, emitió una resolución para la igualdad de oportunidades de los estudiantes zurdos.
El documento dice: “Considerando que los zurdos constituyen el 14 por ciento de nuestra población estudiantil, y porque muchos de los salones de clase no tienen pupitres para ellos, se resolvió que la Universidad de Columbia disponga de suficientes escritorios para izquierdos, lo cual se medirá con relación en el porcentaje de zurdos de la población general”.
En el 2005, la Asociación de Estudiantes de la Universidad de California siguió el ejemplo y logró que se colocaran suficientes pupitres zurdos. Ambos casos son buenos antecedentes que indican que un zurdo también tiene derechos.