Según la Estrategia mundial para la salud de la mujer, el niño y adolescente (2016-2030), cada año 2.7 millones de niños mueren y son recién nacidos, entre el 60 y 80 por ciento prematuros. Sin embargo, los abortos y las muertes prenatales no se registran sistemáticamente, ni siquiera en los países desarrollados, lo que lleva a pensar que las cifras todavía podrían ser más elevadas.
En octubre pasado algunos padres en Guatemala publicaron fotografías y altares de velas dedicadas a los bebés que se han ido demasiado pronto, como expresan algunos grupos que se han dedicado a dar apoyo en este proceso. Esto es parte de un movimiento que promueve el 15 de octubre como parte del Día mundial de la concienciación sobre la muerte gestacional, perinatal y neonatal.
Entre estas acciones guatemaltecas está Te veo en el cielo, (Facebook: Teveoenelcielo) coordinado y creado por Patricia Pineda, quien propuso esta asociación a raíz de la pérdida de su bebé, Santiago. Él nació a los cinco meses y vivió 30 minutos. Como madre vivió momentos difíciles, con depresión y con un sistema que no reconoce en ocasiones este tipo de dolor y ahora acompaña a otros que pasan por esta experiencia.
Actualmente en Facebook tienen más de 30 mil seguidores, cuentan con grupos de WhatsApp y seguimientos, por ahora la mayoría de actividades son virtuales debido a la pandemia. “Llegó un momento donde sentía que me estaba volviendo loca y después de esa etapa solo deseaba que otras mujeres que pasaban por esto no se sintieran solas”, comparte al expresar el por qué de esta iniciativa.
Todo comenzó con una actividad llamada Cafecito angelical donde se reunían algunas mujeres guatemaltecas que seguían de forma virtual a otras organizaciones en América Latina. Comenzaron a reunirse para hablar del tema, sin temor a ser juzgadas hasta que se transformó en la actual asociación.
Su intención no se queda ahí, quieren tener otras acciones y en un futuro ser parte de la creación de una ley que busque dignificar a las mujeres que pasan por las pérdidas y que se comprenda más de la situación.
Han nacido otras iniciativas también en el país. My Web Tribe, (Facebook: MyWebTribe) por ejemplo, que gestionó este año tener dentro del cementerio Las Flores un árbol llamado Árbol de las estrellas donde es posible poner una placa en memoria de los bebés fallecidos que no tuvieron la oportunidad de ser enterrados y también dan talleres para parejas o personas que pasan por el duelo gestacional. Además, orientan para formar grupos de apoyo.
Para los padres de niños más grandes también está Caminemos juntos, (Facebook: CaminemosJuntosGT) con charlas a hermanos, padres y otras pérdidas que sufren las familias.
Un proceso doloroso convertido en acciones
Las mujeres pasan por tristeza o enojo, impotencia, miedo, ansiedad, resentimiento, culpa y una sensación de vacío. También algunas comentan que se despiertan por el sonido de un bebé llorando, insomnio y pesadillas, entre otras reacciones.
Incluso años después de dicha pérdida, las madres atravesarán momentos en donde el duelo se intensifica, generalmente asociado a cumpleaños, la fecha de parto, el Día de la Madre y Navidad.
La psicóloga Ana Isabel Reichter explica que cada duelo es diferente. Una mujer se expresará diferente a un hombre, que muchas veces no llora, pero también está pasando por una etapa difícil.
Reichter es parte de Te veo en el cielo y ha tenido dos pérdidas en su vida personal. Como psicóloga debió pasar por un proceso antes de regresar a su profesión. “Esto es como cuando uno se fractura, es necesario parar, utilizar un yeso para mejorar, posiblemente quedará el dolor, pero de una manera diferente y con una intensidad distinta”, expresa. “Quisiera que las madres sepan que queda una cicatriz, pero el sentido de la vida de los bebés que se han ido va más allá del dolor”, agrega.
En su caso ha puesto su trabajo al servicio de los demás y aunque no es el único tema que trata, gran parte de sus sesiones se relaciona con ello. “Mi primer llamado es a los médicos y hospitales que nos permita capacitar a su personal para que este proceso sea menos traumático, ningún proceso va a ser fácil, pero quitar una carga más a lo que ya es doloroso ayudará”, expresa.
La finalidad es que los mismos centros dedicados a la salud tengan algunos detalles como el hecho separar a las madres de una sala con mujeres que están amamantando a sus bebés, o bien que alguna indicación haga notar que ella está de duelo, por ejemplo, una alas de ángeles en la cama o en la puerta de la habitación.
También recomienda nombrar al bebé, por muy pequeño que sea, darle un nombre ayudará a hacerlo presente. Además a la familia y amigos recomienda escuchar a la persona, quizá al principio repetirán la misma historia, pero es importante estar ahí sin juzgar. De igual manera, los dolientes podrían decidir no hablar al respecto y es válido respetar ese momento.
En ocasiones durante los primeros días podría ofrecer llevar comida u otro tipo de apoyo. Por lo regular las personas no van a pedir ayuda, pero si es posible estar atentos a las necesidades que surjan.
Los especialistas comentan lo importante de no minimizar el dolor de las madres. Cada caso es único y requiere de respeto, ya sea que el bebé haya estado semanas en el vientre o haya logrado nacer.
Además, en fechas especiales como el día de la madre, la fecha de la pérdida, las palabras de apoyo resultan importantes. “El decirle que es una madre maravillosa aunque el bebé ya no esté podría resultar un bálsamo en el corazón”, dice Reichter.
Pineda y Reichter coinciden que las tasas de suicidio o de intentos aumentan con esta experiencia, pero no hay estadísticas al respecto y por eso el acompañamiento es indispensable. La búsqueda de apoyo profesional también es importante, de ser posible informarle sobre charlas o grupos de apoyo que puedan ayudarle en su caminar después de la pérdida.