Los resultados se basan en un trabajo realizado con ratones. Los investigadores midieron mediante electroencefalografías y electromiografías los ciclos del sueño de cada ratón estudiado.
Luego dividieron en grupos a los roedores, y sometieron a algunos a una privación moderada del sueño, es decir los mantuvieron despiertos con ejercicios y juguetes en los momentos en los que se suponía que debían dormir.
Luego de cinco días los animales comenzaron a mostrar mayor sensibilidad al dolor. Además, el uso de analgésicos comunes como el ibuprofeno no mejoraba esta hipersensibilidad y tampoco lo hacían remedios mucho más potentes como la morfina.
Aún hay que hacer pruebas para saber si aplica a humanos, pero esos resultados posibilitarían nuevas formas de lucha contra el dolor crónico.
Los autores de la investigación piensan que los analgésicos combinados con dormir bien pueden ayudar a romper el ciclo del dolor.