Aunque para la mayoría de la gente la Navidad es sinónimo de alegría, luces, regalos y celebraciones con amigos y familiares, este año no será así. Sus tradiciones cambiaron para resguardar la salud de toda su familia y evitar la propagación del covid-19, sobre todo si alguno de los integrantes es considerado población en riesgo -como en el caso de Juan Carlos-.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) solicitó el pasado 30 de noviembre que en esta ocasión se eviten las grandes reuniones familiares y los festejos en lugares concurridos, con el fin de reducir la propagación del nuevo coronavirus. Además, recomendó celebrar en casa y si no es posible, que las fiestas sean en el exterior, con distanciamiento físico y utilizando mascarilla, pero que siempre sean con pocas personas.
¿Cómo afecta el distanciamiento?
El distanciamiento en época de fin de año puede afectar de forma psicológica a varias personas. Aunque no se puede generalizar porque hay algunos que ya están acostumbrados a pasar estas fechas aislados de sus familiares y otros que durante estos meses han comprendido que la mejor forma de cuidar a los que se quiere es manteniendo la distancia, sobre todo si uno, por trabajo, debe estar en la calle.
“Existen personas que quizá se mantengan alejadas durante el año, pero la Navidad es la época de regresar al hogar y convivir con familiares o reforzar las relaciones con los amigos, a quienes se les descuida por el trabajo. Pero, ahora, no se tiene esa oportunidad física de hacerlo. La mejor clave para sobrellevar este cambio es pensar que uno se aleja por amor y buscar formas de estar conectados ese día”, explica Irene Arriaza, psicoterapeuta familiar.
Para aquellos que están acostumbrados a pasar las fiestas navideñas con amigos y familiares y hacer diversas fiestas durante el mes, ahora que no es recomendable hacerlo pueden experimentar emociones incómodas como la tristeza, frustración, enojo y estrés porque no harán lo que más desean.
De acuerdo con Scarlette Muñoz, psicóloga, estas emociones se pueden manifestar en el estado de ánimo, pero también en falta de energía y dificultades para hacer las actividades diarias. Es importante prestarles atención a estas emociones, ya que no es recomendable que duran más de 15 días ya que puede dar lugar a desarrollar depresión.
Lo ideal es que continuemos con la comunicación como se ha hecho en los últimos meses, por medio de diversas plataformas en internet que permitan que las personas se conecten y se pueda hablar por horas. La pandemia nos ha obligado a ser creativos, a buscar formas de seguir unidos a pesar de la distancia, entonces tenemos que serlo ahora para Navidad. En vez de reunirnos toda la familia en una casa, podemos conectarnos todos a la misma hora y cada uno, desde su espacio, compartir con los demás. Incluso, se pueden organizar dinámicas para pasar el tiempo entretenidos. Hay que pensar que las celebraciones serán diferentes, pero quizá pudieran ser peor, enfatiza Muñoz.
“Siempre costará un poco desprender ese apego emocional, sobre todo para estas fechas porque estamos acostumbrados a ver a nuestros seres queridos, ya sea para convivios o para Navidad, pero pensemos en que ahora la mejor forma de demostrar nuestro amor es respetando las medidas de bioseguridad, el distanciamiento y evitando que haya más casos de covid-19”, menciona Ovalle.
Gratitud
Los profesionales coinciden en que una forma positiva de sobrellevar el distanciamiento y las emociones que este genere es poniendo en práctica la gratitud, ya que de esta forma se tomará conciencia de las personas y cosas por las que se tiene que ser agradecido, aunque en estos momentos no se tengan cerca físicamente.
Para experimentar la gratitud, cada día, al despertarse, piense en tres cosas por las que se siente agradecido. Puede ser desde la naturaleza, las personas, sus mascotas, las comodidades como despertar en una cama tibia, tener agua para bañarse o tener una buena comida. “Es maravilloso lo que se percibe cuando uno se centra en ser agradecido porque lo que considerábamos problemas, ahora los vemos con perspectiva y nos damos cuenta de que hay solución y que no es para tanto lo que está pasando”, opina Ovalle.
Comience escribiendo un diario, en donde enliste las cosas por las que se siente agradecido. Asumir el compromiso de hacer esa evaluación todos los días aumenta la posibilidad de valorar y apreciar más las cosas y momentos buenos que ocurren, los cuales en su mayoría de veces damos por sentado.
También es de mucha ayuda poner en practica rituales de agradecimiento, por ejemplo, dar las gracias por la comida que se tiene a diario. Este acto no tiene que ser visto como religioso, sino al ver la comida decir en la mente “gracias”, ayuda a tomar conciencia del privilegio que significa tener alimentos sobre la mesa.
“En este caso podemos agradecer que tenemos a nuestra familia y amigos. Quizá estén lejos, pero los podemos llamar o hacer una conferencia juntos. Les podemos preguntar cómo están y tenemos la probabilidad de escuchar que están bien. Esta gratitud nos dará fuerza para no reunirnos físicamente en Navidad y Año Nuevo. Agradezcamos que nuestra familia está bien y hagamos lo posible para que esto siga así”, acota Arriaza.
Una vez que se tiene conciencia de los privilegios que se tienen, el siguiente paso es disfrutarlos y continuar agradeciendo.
Al tomar práctica habrá momentos en los que automáticamente pensará en lo afortunado que es de poder hacer o tener lo que posee. Por ello, celebre sus privilegios en el momento en que ocurre. Luego, exprese esa gratitud al ser amable con los demás.
A las personas que comparten su vida, dígales cómo se siente y lo que ellas significan para usted. No tiene que ser dramático ni desmesurado. Todos tenemos nuestro estilo propio. Sin embargo, si expresa lo que siente en el tono adecuado en el momento correcto, hasta una simple frase, ejemplo, “Mamá, qué rica cena. ¡Gracias!”, significa mucho.
Por ello, practicar la gratitud durante este tiempo será de beneficio para sentirse bien y llenar el vacío que quizá sienta al no tener a sus amigos y familiares cerca esta Navidad.
Rituales de agradecimiento
Practicar el hábito de la gratitud puede tener muchos beneficios positivos en su propia felicidad, en su relación con los demás y siendo más amable con quienes lo rodean, creando lazos más fuertes en sus relaciones. Juan Carlos Ovalle, coach de vida, recomienda algunos rituales de gratitud que puede realizar en cualquier lugar, ya que son muy sencillos.
- Gratitud en familia: durante la cena, o el tiempo de comida en el que más personas haya en su mesa, es una buena oportunidad para reflexionar y reforzar los sentimientos de gratitud. Antes de comenzar a comer, comienza por un extremo de la mesa y pide a cada persona que comparta algo que agradece en su vida. En su libro “Home for Dinner” Anne K. Fishel escribe que “los rituales ayudan a crear identidad familiar compartida y sentido de pertenencia.”
- El diario de la gratitud: Cada noche, previo a dormir, escriba tres cosas positivas por las que agradece. Si usted es más amigo de la tecnología, existen algunas aplicaciones que le ayudarán, como Feed Your Happy que convierte su celular en un dispositivo de seguimiento personal para el bienestar mental y emocional. También Gratitude Diario de Mejora Personal y Afirmaciones le permite colocar un recordatorio para escribir a diario y hace preguntas para ayudarlo a escribir frases positivas.
- Cartas a mano: Recuerde o piense en una persona que ha dejado huella en usted y, en una carta, escriba cuánto significa para usted. Luego, de ser posible, comuníquese con esa persona y léasela. Disfrute la reacción de esa persona y guárdela en su memoria para recordarla en el futuro.
- Sea consciente de su realidad: Una buena forma de valorar lo que se tiene es tomarse el tiempo para ver la situación de quienes tienen más necesidades que uno. “Ahora que hay muchos afectados por las tormentas que hubo las semanas pasadas, se puede ayudar como voluntario o haciendo donaciones. Ser testigo de cómo sobrevive estas personas y tratar de ayudarlas, nos hará reflexionar y ser más agradecidos”, dice Ovalle.
- Ritual de 20 días: Este ritual está diseñado para reconocer aquellos bienes materiales y espirituales que tiene pero que da por sentado, durante 20 días. Es una guía para quienes no están acostumbrados a acudir a un inventario de agradecimientos. Cada día se invita a agradecer por algo diferente
Día 1: Gracias por la vida.
Día 2: Gracias por el planeta.
Día 3: Gracias por estar conmigo mismo en un proceso de agradecimiento.
Día 4: Gracias por mis padres o familiares más cercanos.
Día 5: Gracias por mi salud y la de mis seres queridos.
Día 6: Gracias por la comida.
Día 7: Gracias por tener la capacidad de amar.
Día 8: Gracias por el afecto y cariño que recibo de los demás.
Día 9: Gracias por la naturaleza, por mis mascotas.
Día 10: Gracias por mis capacidades y habilidades.
Día 11: Gracias por tener la capacidad de perdonar.
Día 12: Gracias por los bienes materiales, como mi hogar, carro, etc.
Día 13: Gracias por mis amigos.
Día 14: Gracias por mi libertad.
Día 15: Gracias por mi trabajo o proyectos.
Día 16: Gracias por mi inteligencia y actividades que me producen satisfacción.
Día 17: Gracias por ser capaz de elegir mi bienestar.
Día 18: Gracias por ser capaz de analizar mi comportamiento y querer ser más agradecido.
Día 19: Gracias por el deseo de superarme.
Día 20: Gracias por quienes me han hecho más fuerte.