Sus componentes son un dispensador de fármacos electrónico e intraoral de reducidas dimensiones, extraíble y no invasivo, una bomba externa para dispensar cantidades elevadas de medicamento y una red personal para reunir información sobre el entorno del usuario y detectar posibles bloqueos.
El sensor cuenta con una infraestructura de servicio y de telecomunicaciones para analizar y transmitir en forma bidireccional, desde el usuario al sistema automatizado o al cuidador. Además, incluye un punto remoto de atención médica para supervisar la evolución de los pacientes controlados. Se activa cuando el sensor portátil detecta la aparición o empeoramiento de los síntomas en el paciente. En ese momento envía, a través de un móvil, instrucciones para que la bomba subcutánea que lleva el afectado eleve la dosis.