Según esta experta, la similitud física entre alimento y órgano en cuanto a su apariencia, forma, color y otras características visibles de su estructura interna o aspecto externo, se ha utilizado con fines terapéuticos desde los tiempos antiguos.
Esta experta analiza seis de los alimentos que reúnen estas características y sus respectivos beneficios, de acuerdo con los estudios médicos recientes.
Por ejemplo, “el jengibre, cuya forma se asemeja al estómago, es una hortaliza que estimula el páncreas, favorece la secreción de enzimas digestivas, ayuda a calmar los dolores estomacales y previene náuseas y vómitos”, opina Amaro.
La especialista en nutrición añade que las setas tiene un alto contenido en vitamina D, que muy pocos alimentos contienen de manera natural y la cual aumenta la resistencia ósea, vital para los pequeños huesos en el oído, y previene el riesgo de deterioro del sistema auditivo originado por la edad.
“Las setas son un gran acompañante de la carne, y además se pueden aprovechar en forma de crema o cocinadas en revuelto de huevos”, sugiere Amaro.
En esta edición se incluyen algunos alimentos a los que se refiere la Teoría de los signos.
El tomate y el corazón
El consumo frecuente del tomate, cuya estructura interna se asemeja al corazón, si se corta su eje central, previene enfermedades cardiovasculares gracias a su alto contenido en licopeno, un potente antioxidante. Se puede consumir en ensaladas, que es la opción más saludable.
La zanahoria y los ojos
Cuando se parte la zanahoria en rodajas, estas toman un parecido con los ojos. La zanahoria es rica en betacarotenos que el organismo transforma en vitamina A y es imprescindible para la visión nocturna o cuando hay poca luz. “Además, el betacaroteno reduce el riesgo de desarrollar cataratas”, señala Amaro.
El aguacate y el útero
“El aguacate es la fruta perfecta para el útero, porque puede reducir las posibilidades de cáncer de útero y ovarios, dado su poder de equilibrio hormonal en las mujeres. Además tiene gran cantidad de ácido fólico, por lo que es recomendable en mujeres que estén pensando en quedarse embarazadas o durante los primeros meses de gestación”, explica Amaro. Se sugiere su consumo, al menos, una vez a la semana.
La naranja y los senos
Al partir la naranja a la mitad, toma una similitud con los pechos femeninos. “Esta fruta tiene un compuesto llamado D-limoneno, que ha demostrado ser efectivo en la prevención del cáncer de mama, ya que los cítricos facilitan el drenaje linfático de las glándulas mamarias”, asegura Amaro.
La nuez y el cerebro
Las nueces tienen un alto contenido en ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9, antioxidantes y antiinflamatorios. Su consumo diario contribuye a mejorar la memoria y concentración. También mejoran el estado de ánimo. Este fruto seco se puede añadir al yogur o a las ensaladas.
El apio y los huesos
Esta hortaliza tiene alto contenido en vitamina K, que ayuda a aumentar la masa ósea del cuerpo, y en calcio, otro elemento imprescindible para fortalecimiento de los huesos. “El consumo de dos tallos de apio al día controla la presión arterial”, afirma Amaro.