Las afecciones cardiacas que más afectan a la población son insuficiencia cardiaca, enfermedad de arterias coronarias, infarto agudo al miocardio, arritmias cardiacas y miocarditis —con menor frecuencia—, explica el médico Carlos Guillermo Nitsch, profesor de la Universidad Francisco Marroquín.
La diabetes, hipertensión y afecciones pulmonares incrementan la progresión de estas, así como el envejecimiento. “Se puede envejecer de buena manera, si se evitan cargas adicionales a nuestros órganos al mantener un estilo de vida saludable”, añade Nitsch.
La enfermedad subyacente de los vasos sanguíneos, a menudo, no suele presentar síntomas, y su primera manifestación puede ser un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. El principal síntoma del primero es dolor o molestia en el pecho, brazos, hombro izquierdo, mandíbula o espalda; y el más común del segundo, la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara.
Las enfermedades cardiovasculares aún son los principales factores de pérdida de la salud de los guatemaltecos, expone el médico David Gordillo.
Factores sociales y culturales y falta de prevención, interrelacionados con problemas como diabetes mellitus, dislipidemia —alteración del metabolismo de los lípidos—, sobrepeso u obesidad hacen de Guatemala un país vulnerable al aumento de prevalencia e incidencia de complicaciones de origen cardiovascular, dice Gordillo.
Una tercera parte de los casos de cardiopatía isquémica, padecimiento más común de enfermedad cardíaca, se le atribuye al colesterol alto.
Si el paciente con afección cardiovascular está bajo un régimen de medicamentos, debe apegarse a él. El abandono del tratamiento o ignorar la enfermedad favorecerán el empeoramiento de la condición, lo que conllevará a complicaciones innecesarias y, con ellas, la pérdida de la buena calidad de vida, refiere Gordillo. Eso sin olvidar el impacto económico y psicológico para el paciente y sus familiares.
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La prevención es la clave y no hay que esperar que los eventos ocurran, pues si es cierto que existen intervenciones médicas que resuelven la emergencia, eso no garantiza que se pueda recuperar el daño, recomienda Nitsch.
El primer paso, ante cualquier molestia, es consultar al médico, quien debe determinar qué exámenes necesita la persona, y no hacerse chequeos rutinarios a ciegas, dijo el cardiólogo Bruno Escaler, miembro del Colegio Americano de Cardiología.
En esta edición se incluyen 10 consejos para mantener saludable el corazón.
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