Si se producen trastornos en la visión es que el daño suele estar bastante avanzado, por lo que el deterioro visual o incluso la ceguera es inminente.
Pero es posible prevenirlo, afirma el diabetólogo del Hospital Universitario de Mannheim Hans-Peter Hammes. Este experto en retinopatía diabética destaca que, además de mantener a raya un nivel adecuado de azúcar en sangre y de presión arterial, los exámenes preventivos, los llamados “screening”, son fundamentales en la lucha contra la enfermedad.
Una revisión hecha por un oftalmólogo
“El 30 por ciento de pacientes no se somete a ninguna revisión”, agrega el médico alemán, quien además comenta que algunas personas incluso dejan pasar años antes de hacerlo. Durante el “screening”, el oftalmólogo aplica gotas en el ojo derecho e izquierdo, que dilatan la pupila, y con el instrumental óptico indicado comprueba el estado de la retina.
Los niños son un caso especial en lo que respecta a estos “screening”. No es imprescindible someterlos a estos exámenes, al menos en los primeros años tras conocer el diagnóstico de la diabetes, señala Hammes. “Sin embargo, a largo plazo, es decir, más de cinco años de diabetes, sí se debería echar un vistazo”.
Tratamiento temprano con láser o inyección
¿Qué se hace si la retinopatía se detecta a tiempo? “Entonces hay que cuidar el ojo”, afirma Hammes. “Si se dañan otros vasos sanguíneos o se hincha el área de visión más aguda, es posible intervenir de forma temprana con láser o inyecciones en el ojo. Si no se trata, se corre el riesgo de ceguera”, agrega.
La enfermedad de la retina no tiene cura, advierte.
Y explica que no se trata sólo de la visión: la retinopatía diabética es además una señal de enfermedades del sistema vascular y, en una fase temprana, incluso es un indicio de un mayor riesgo de ataque cardíaco y derrame cerebral.
Los cambios ya se han producido cuando llega el diagnóstico.
Según el centro alemán Ayuda para la Diabetes, en hasta un tercio de todos los diabéticos de tipo 2 se detecta un ligero cambio en la retina cuando se diagnostica la diabetes.
Hammes lamenta que el interés y el conocimiento sobre este tema ha ido disminuyendo en los últimos años. Desde el punto de vista del diabetólogo, los pacientes, los médicos de familia y los oftalmólogos deberían ser más conscientes de las consecuencias de la retinopatía diabética.
Los problemas sexuales, un tema tabú
Otro problema generalizado, del que casi nadie quiere hablar, es la alteración de la función sexual. Según el centro alemán Ayuda para la Diabetes, los hombres suelen tener problemas para conseguir una erección, mientras que las mujeres se quejan de dolor durante las relaciones sexuales o tienen que enfrentar una pérdida general de la libido.
Muchos de estos problemas sexuales tienen un tratamiento fácil. El problema, sin embargo, es que muchos de los afectados no los mencionan durante una visita al médico debido a un “sentido de la vergüenza mal entendido”.
En el caso de las mujeres, realizar un examen sobre su estado hormonal podría ser útil. Y si es necesario, las terapias de reemplazo hormonal podrían mejorar la situación. El uso de lubricante es un remedio sencillo que puede ayudar, señala el centro.
La disfunción eréctil en los hombres, a su vez, se puede tratar con medicación. Otros enfoques optan por las bombas de vacío o la implantación de una prótesis en el pene “como último recurso”.
Consejos para afrontar las consecuencias de la diabetes
La diabetes también puede desencadenar otras dolencias. Los que padecen esta enfermedad crónica suelen desarrollar el síndrome del pie diabético, que, según el Instituto alemán para la Calidad y la Eficiencia de la Atención de la Salud (IQWiG, según sus siglas en alemán), afecta a dos o tres de cada diez diabéticos a lo largo de su vida.
A menudo, ello puede desembocar en que sea necesaria la amputación de algún dedo o varios de esta extremidad o incluso de todo el pie. No obstante, siempre es aconsejable obtener una segunda opinión para ver si la amputación es evitable.
La razón de esto es que los médicos dan consejos muy diferentes para heridas grandes en el pie. Algunos aconsejan amputar los dedos de los pies o todo el pie más rápidamente, otros son más cautelosos. Al final, el paciente es quien tiene que decidir al respecto.