La diabetes de tipo 2 es la forma que suele ir asociada a un estilo de vida poco saludable y a la obesidad.
Cada vez la padecen más niños. Sin embargo, la diabetes de tipo 1, en la que interviene la predisposición genética, sigue siendo con mucho la forma más frecuente en los niños.
Pero, ¿cómo saber si su hijo puede estar afectado? El profesor Andreas Neu, diabetólogo pediátrico y vicepresidente de la Sociedad Alemana de Diabetes, enumera algunas señales de alarma.
SEÑALES DE ALARMA
Mucha sed
Si los niños beben mucho durante el día y a veces incluso por la noche, puede ser un primer indicio de diabetes. Esto se debe a que un nivel elevado de azúcar en sangre provoca sed.
Muchas ganas de orinar
Los niños que beben mucho tienen que ir al baño con frecuencia. Esto puede ocurrir no solo durante el día, sino también por la noche. “Incluso puede ocurrir que los niños vuelvan a mojar la cama de repente por la noche, aunque no lo hayan hecho durante mucho tiempo”, dice Neu.
Menos kilos
Cuando los niños pierden peso, siempre es una señal de alarma, señala el especialista. Normalmente, los niños no pierden peso, sino que lo ganan. Así que, en combinación con los demás signos, es una señal clara de que algo no está bien.
Gran cansancio
Si los niños están notablemente cansados, apáticos o de repente rinden menos en el colegio, puede ser un signo de diabetes. Las familias deben actuar con rapidez si se da una combinación de estas señales.
IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO
Actuar con rapidez, dice Neu, no es tan difícil. En primer lugar, hay que hacer el diagnóstico. Un pediatra o un médico de familia pueden determinar fácilmente si hay diabetes tomando una muestra de orina o una pequeña gota de sangre. Solo se tarda cinco minutos y así las familias tienen la certeza. Junto con los especialistas, se informa y prepara a los padres y se adapta a los niños.
Cuando se diagnostica diabetes a un hijo, muchos padres se preguntan si han hecho algo mal. Pero la diabetes tipo 1, más común entre los niños, no tiene relación con errores en la alimentación, aclara el especialista. “Nadie tiene la culpa de su diabetes”.
La de tipo 1 no se puede prevenir, afirma. Ni con una dieta más sana ni con el deporte. Tras el diagnóstico, sin embargo, sí hay que prestar atención a una dieta equilibrada y el ejercicio debe formar parte de la vida cotidiana.